La artista fue abrumada con una gran cantidad de flashes de los clientes de un restaurant, tras lo cual comenzó a gritar y a hablar en "un lenguaje difícil de comprender". Tras el escándalo, su esposo, con quien comía, se retiró del lugar.
Los últimos no han sido los mejores años para la icónica cantante de pop Britney Spears. Y es que
tras haber sido sometida a la custodia de su padre durante 13 años, con su posterior liberación en 2021,
la salud mental de la artista norteamericana no estaría de lo mejor.
Esa percepción se fortaleció luego de que el pasado viernes la intérprete de
Stronger fuera sorprendida en un restaurante de Los Ángeles
con una actitud abrumada e incoherente.
La cantante se encontraba comiendo junto a su esposo, Sam Asghari, cuando de pronto
una lluvia de flashes cayeron sobre ella, lo que produjo que
la icono del pop se descompensara.
De acuerdo con
TMZ, al percatarse de su presencia, los clientes del restaurante sacaron sus celulares para fotografiar a Britney,
lo que habría provocado la irritación de la intérprete.
"El tenso momento provocó que Spears comenzara a enojarse y a hablar sin sentido… la artista de 45 años
tuvo una actitud 'maníaca', gritando y hablando galimatías, es decir, un lenguaje difícil de comprender por la impropiedad de las frases o por la confusión de las ideas", señaló el medio estadounidense.
Y agregaron que tras el exabrupto,
su esposo habría dejado el lugar, por lo que Britney quedó sola en medio de la escena.
Con todo, usuarios de la red social Twitter
defendieron a la cantante diciendo cosas como "ella no causó una escena.
Solo se tapó la cara con la carta menú", "se descontroló porque había gente grabándola...ok,
yo también lo haría", "
después nos preguntamos por qué no quiere aparecer en ninguna parte",
"déjenla tranquila".