El ahora condenado aceptó haber pegado a sus empleados tras acusarlos de robar minerales, pero negó que los hechos alcanzaran el nivel de "tortura", como argumentó la Justicia de Ruanda, donde se produjeron los hechos.
El Tribunal Intermedio de Karongi, en la Provincia Occidental del país -donde se produjeron los hechos- dictó este martes una sentencia de 20 años de prisión para el ciudadano Sun Shujun, la pena que había solicitado la fiscalía contra el acusado, según recogen hoy medios locales.
Shujun fue juzgado junto con otros dos presuntos cómplices, un ingeniero y un guardia de seguridad de la compañía -llamada Ali Group Holdings Ltd. y con operaciones en los distritos de Rutsiro y Nyamasheke- de los cuales el primero fue condenado a 12 años de prisión y el segundo fue absuelto.
Durante el juicio, Shujun, que cumplirá su condena en la prisión del vecino distrito de Rubavu, aceptó haber pegado a sus empleados tras acusarlos de robar minerales en repetidas ocasiones, pero negó que los hechos alcanzaran el nivel de tortura.
El Tribunal también ordenó que el ciudadano chino y el ingeniero condenados paguen una compensación económica a las víctimas.
En el vídeo, que se hizo viral en agosto de 2021, aunque no está claro cuándo se produjeron los hechos que retrata, se puede ver al joven atado a un poste de madera mientras Shujun lo azota con una cuerda.
Después de la difusión de esas imágenes, la embajada china en Ruanda condenó la violencia a través de un comunicado y mostró su apoyo a la justicia ruandesa para "investigar y gestionar el caso de manera transparente y de acuerdo a las leyes de Ruanda".
Aunque pidió el respeto a los derechos de los ciudadanos chinos, la embajada subrayó que "cualquier presunto comportamiento ilegal debe ser denunciado ante la policía a tiempo, en lugar de ser tratado ilegalmente por uno mismo".