El buque de investigación ruso Alexander Karpinsky detectó las reservas petroleras. El área del hallazgo se encuentra en el Territorio Antártico Británico, zona reclamada también por Argentina y Chile.
El sorprendente hallazgo de vastas reservas de petróleo y gas en aguas británicas de la Antártica, revelado por un buque de investigación ruso, ha desencadenado un debate crucial sobre el futuro de esta región protegida por el Reino Unido, Argentina y Chile.
El descubrimiento plantea serias interrogantes sobre el cumplimiento de los tratados internacionales que prohíben la explotación de recursos en la Antártica.
A pesar de las prohibiciones establecidas en el Tratado Antártico de 1959, la posibilidad de explotación petrolera en la región desafía la protección ambiental acordada.
Según informes del buque Alexander Karpinsky, difundidos por el diario británico The Telegraph, se estima que existen alrededor de 511 mil millones de barriles de petróleo, una cifra que supera ampliamente la producción histórica del Mar del Norte.
La presencia de valiosos yacimientos de petróleo agrega una nueva dimensión a estas tensiones geopolíticas.
Expertos advierten que la explotación de petróleo en la Antártica podría tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente y la estabilidad geopolítica mundial.