Tras la muerte del Papa Francisco, los cardenales electores se preparan para la elección de un nuevo líder de la Iglesia Católica.
Este lunes se confirmó el fallecimiento del Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, a los 88 años tras varios días con complicaciones de salud. Ante esto, el Vaticano prepara una serie de instancias para elegir al nuevo sumo pontífice.
Como es tradición, luego del fallecimiento de un papa, se decretan 9 días de luto y se organiza el Cónclave para la elección de la nueva autoridad ecleciástica, que se llevará a cabo dentro del territorio de la Ciudad del Vaticano, en espacios específicos y restringidos al acceso de personas ajenas al proceso.
El cónclave es la reunión que realiza el Colegio Cardenalicio de la Iglesia Católica para elegir a un nuevo papa, que es el obispo de Roma, y que lleva aparejado el cargo de soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El derecho de elegir al nuevo pontífice corresponde exclusivamente a los Cardenales de la Santa Iglesia Romana, con la excepción de aquellos que hayan cumplido 80 años antes del fallecimiento del papa. El número de cardenales electores no puede exceder los ciento veinte.
El proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia se llevará a cabo en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico Vaticano, un espacio que permanecerá completamente reservado hasta la conclusión del proceso.
Durante el proceso de elección, queda estrictamente prohibido que los cardenales electores accedan a exponerse en la prensa escrita, programas de radio o televisión.
Para que la elección nuevo papa sea válida, se requiere el voto favorable de al menos dos tercios del total de electores presentes.
Los cardenales votan repetidamente hasta que se alcanza una mayoría de dos tercios. En caso de que una votación termine sin una mayoría clara, el humo es negro. Cuando se alcanza una decisión, el humo es blanco.