Por las escasas lluvias, entre otros varios factores, la crisis hídrica se ha transformado en uno de los mayores problemas a nivel mundial. Mientras Europa experimenta fenómenos anómalos y junto a altas temperaturas, a nivel nacional la opción del racionamiento de agua asoma con mucha fuerza.
Esta semana, se conoció que el 47 % de la Unión Europea se encuentra en una "situación preocupante" y el 17 % en "alerta" por la peor sequía que ha conocido el territorio de la UE en los últimos 500 años, según datos publicados por el Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea.
En resumidas cuentas, las precipitaciones han sido menores de lo habitual y la humedad del suelo es deficitaria, por lo que el 64 % del viejo continente "se encuentra en situación de advertencia o alerta, lo que extiende las zonas de peligro de incendio en toda la UE", agregó la Comisión.
Según los expertos , la actual sequía "parece ser la peor desde al menos 500 años", si bien los datos preliminares deberán consolidarse al final de la temporada veraniega en el hemisferio norte.
El estrés hídrico y el calor empeoran "significativamente las perspectivas negativas anteriores sobre los rendimientos de los cultivos de verano" y afecta también a la generación hidroeléctrica y a los sistemas de refrigeración de otras centrales y al transporte fluvial.
De hecho, personeros de gobierno han dicho en reiteradas ocasiones que hay "urgencia" con las sequías. "Estamos debajo de las cifras de un año normal y seguimos en una situación de crisis hídrica estructural", dijo en julio pasado el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García.
Tanto el titular de la cartera como el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, han confirmado que se está estudiando la posibilidad de racionar agua a partir del próximo verano.
Para esto, habrá reuniones claves en septiembre junto a la Dirección Meteorológica de Chile, para sacar conclusiones sobre el estado de los embalses y dar a conocer una determinación.
Por si fuera poco, regiones como Valparaíso, O'Higgins y el Maule tienen cada vez más dificultades en este aspecto y la necesidad de camiones aljibes se hace más recurrente entre habitantes y agricultores para poder acceder a agua potable o de riego.