La bailarina bromeó con cómo luce su rostro durante el embarazo. Es más, entre risas aseguró que después de dar a luz pedirá una bandeja con "ostras, ceviche y bótox", procediendo a explicar paso a paso cada uno de los procedimientos que se ha hecho desde los 19 años.
A pocos días de su
matrimonio civil,
Valentina Roth se mostró expectante por el pronto cumpleaños de su esposo, Miguel de la Fuente. Una noticia que compartió a través de sus historias en
Instagram, bromeando que pese a que él cumplirá 38,
"se mantiene mejor que yo", dijo.
Fue así como la bailarina comenzó a hablar sobre las
intervenciones estéticas que se ha hecho a lo largo de su vida, asegurando que luego del nacimiento de su guagua, volverá a hacer algunos retoques.
Es más, entre risas aseguró que después de dar a luz pedirá una bandeja con
"ostras, ceviche y bótox".
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Es que embarazada no te puedes hacer nada, ni en la cara ni en el cuerpo (…) Aquí hay que entrar a picar, porque no hay crema milagrosa. Eso es mentira, que no te vendan la pomada", apuntó.
"Me pusieron cemento en la boca"
Posteriormente se encargó de
explicar las intervenciones que se ha realizado en su rostro a fin de desmitificar ciertos rumores.
En primer lugar, expresó, su
primer retoque lo hizo a los 19 años cuando se puso relleno en sus labios. "
Me pusieron cemento en la boca. Me estafaron y algún día me lo voy a sacar, todavía no", señaló.
Luego fue el turno del
bótox a sus 26 años, el cual fue suministrado en diferentes puntos de su frente.
"No mentiría (sobre esto), es lo único que me he hecho en la cara (…)
No sé por qué la gente no admite que se ha puesto bótox, si es lo más normal de mundo, no existe la crema milagrosa", sostuvo.
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De mí han inventado que me he puesto pómulos, mentón, que me saqué las bolas de Bichat. La cara cambia, no puedo estar como me veía a los 16 años en
Yingo, imposible", continuó.
Al cierre de su relato, la deportista hizo un llamado a
asesorarse correctamente si es que deciden sacarse las bolas de Bichat, ya que su doctor le indicó que eso es contraproducente debido a la flacidez que adquieren las mejillas a mayor edad.