La ex Mekano decidió aclarar esta polémica que se remonta al pasado miércoles, cuando una comensal le escribió una misiva para advertirle por su comportamiento con su niña.
Un particular episodio fue el que vivió
Rosemarie Dietz mientras desayunaba en un hotel osornino la mañana del miércoles. La ex
Mekano estaba en compañía de su pareja, Cristóbal González, y
Catalina, su hija de un año y 7 meses.
Pero una
carta anónima que la regañó por una situación que ocurrió con su guagua generó su preocupación e incluso tristeza: La cuestionaron por sus métodos de crianza y las palabras que utilizó para rectificar el comportamiento de la niña en el restaurante.
Según contó a
Las Últimas Noticias, "estábamos comiendo y Catalina comenzó a pescar la comida y tirarla al piso. Entonces, le dije, 'Catalina, eso no se hace, amor, no se bota la comida'. A la segunda vez le dije, 'Catalina, no'.
A la tercera ya le dije, 'te voy a pegar si sigues, eso no se hace'. Pero le dije eso sólo como fórmula para advertirle, yo nunca le he pegado".
"Después de un rato, con Cristóbal y Catalina nos levantamos brevemente de la mesa
y cuando regresamos a nuestro sitio nos encontramos una carta escrita a mano. Era de otra comensal que estaba cerca de nosotros, debe haber tenido unos 30 años", explicó.
¿Qué decía la carta que recibió Rosemarie Dietz?
La misiva anónima en cuestión tenía el
siguiente mensaje:
"Hola! No pude evitar escuchar cómo amenaza a su bebé que de modificar su comportamiento le 'pegará y fuerte'.
Le recuerdo que el maltrato físico y sicológico a un menor de edad en Chile está penado (...) Es un delito (sic)".
Ante esta situación, la ex figura televisiva aseguró que "con Cristóbal
quedamos en shock, se nos desfiguró la cara".
"Nosotros como papás siempre tratamos de hacer lo mejor por nuestra hija, yo
me considero una mamá súper dedicada, pero esto me golpeó, encontré injusto que esta persona insinuara que estábamos maltratando a nuestra hija", expresó.
Respecto de la mujer que supuestamente fue la autora de la carta, sostuvo que "no dio la cara y se fue. Nunca la vimos después.
Me dolió que ella, sin saber cómo somos con Catita, haya cuestionado nuestra forma de crianza".
"Pegar es una palabra fuerte, es verdad. Pero yo no lo hice con agresividad. Era para poner alerta a mi hija.
Pero desde eso a llegar a que te digan que eres maltratadora, sabiendo que no lo eres, duele", sentenció.