Tras la crisis más dura que han vivido sus habitantes producto de la pandemia, los alfareros del pueblo han vuelto a trabajar la greda para encantar con sus tradicionales cacharros a los turistas que se están acercando.
Manuel Calderón lleva más de 40 años trabajando la greda, y por primera vez, tuvo que dejar este oficio que con sudor y dedicación realiza desde que tenía 15 años. "Estuvimos casi en el suelo con esto, pero gracias a Dios aguantamos".
Él es uno de los cientos de artesanos del pueblo de Pomaire que debieron enfrentar la crisis más dura de su historia: la desaparición de los visitantes producto de la pandemia del coronavirus.
Lee también: Las medidas y protocolos sanitarios que se tomaron en Patronato en su reaperturaFueron más de cinco meses en los los que sus manos prácticamente dejaron de tener el color característico de la greda. Sin embargo, poco a poco, los turistas ya están volviendo a acercarse a este lugar.
Otros, como es el caso de Óscar Santander, de 85 años, no dejaron de lado su labor de alfarero en este período de confinamiento. "La esperanza nunca hay que perderla", dice.
Es uno de los primeros artesanos que tuvo un puesto en el pueblo y, a pesar de la ausencia de clientes, se mantuvo realizando pocillos y platos de greda, esperando ansioso a que llegara este momento de volver a reencontrarse personas que pudieran apreciar sus creaciones. "Dos semanas atrás que están llegando ya comerciantes", asegura.
Lee también: "Somos resilientes": La dura situación que enfrentan los circos chilenos en medio de la pandemiaEn las últimas semanas, los artesanos han podido desempolvar sus puestos, a sacar los candados para atender a los clientes y, por supuesto, a trabajar nuevamente la greda. Incluso, ya hay quienes tienen importantes pedidos.
Es el caso de un grupo de mujeres alfareras de Pomaire, quienes recibieron un pedido de 20 mil pocillos de greda por parte de Ripley.
Carla Aguirre, presidenta de la organización Mujeres Alfareras de Pomaire, señala que "hay personas que recién, después de cinco meses, están haciendo un pedido o una entrega y están recibiendo su primer sueldo después de cinco meses. Acá lo que se está haciendo es la última etapa que están colocando los productos de greda en su cajita para que Ripley se los pueda entregar a sus clientes".
Lee también: Riesgo sanitario o una salida a la crisis: La compleja situación que se vive en los malls chinos"Estamos muy contentos con esta iniciativa, porque qué mejor que llegar a la casa de nuestros clientes con productos que tienen denominación de origen de Pomaire. Con esta iniciativa además reactivamos una zona tan golpeada por este virus", destaca Pilar Barriga, gerenta de marketing de la empresa de retail.
De esta forma, los artesanos de este tradicional poblado cercano a Melipilla comienza a levantarse, a volver a poner las manos sobre la greda y a recibir a las personas que se ausentaron por largos meses producto de la pandemia.