Víctor Manuel Mella fue uno de los primeros adultos mayores inoculados contra el COVID-19, una vacuna que le dio más esperanza para continuar con su labor que lo mantiene activo y alegre diariamente. "Si me retiro me muero en la casa", dijo.
Tiene 93 años y se niega a dejar de trabajar como vendedor ambulante en la playa de El Quisco. No es por necesidad ni para mantener a nadie, Víctor Manuel Mella dice que es porque su labor lo mantiene alegre y vital. Según su relato, "trabajo hace 22 años en la playa, si me retiro me muero en la casa, porque no tengo ninguna agilidad en el cuerpo". Además, dijo que "me deleito aquí porque conozco gente, entonces me encuentro feliz y gracias a Dios tengo una hija que vive conmigo". Víctor es el integrante más antiguo del sindicato de vendedores ambulantes de El Quisco, se transporta en bicicleta todos los días, no padece de ninguna enfermedad y tampoco se medica. Su nieta, Jaqueline, todos los días llega a las 2:00 pm con el almuerzo de su abuelo, trató de convencerlo que no saliera de la casa por el COVID-19, pero no tuvo resultado. Ahora Víctor se convirtió en uno de los primeros adultos mayores en ser vacunado contra el coronavirus, una situación que lo mantiene más seguro y con más esperanza frente a la pandemia.