Un elemento indispensable en las cocinas chilenas podría estar generando un efecto contrario. Desde el punto de vista científico, CHV Noticias analizó qué tan limpias son las esponjas para lavar la loza.
Las esponjas de cocina es un elemento indispensable en las compras de los chilenos y chilenas. Sin embargo, su supuesto efecto limpiador estaría en duda por una serie de factores.
Desde un punto de vista científico, CHV Noticias puso a prueba este artículo utilizado principalmente para lavar la loza, cubiertos y ollas.
"Hay más microorganismos en una esponja de cocina que las que uno puede encontrar en el cepillo de dientes", dijo Annette Trombert, directora de la Escuela de Biotecnología de la Universidad Mayor.
Según la experta, una esponja mal cuidada puede agrupar "varios billones de bacterias".
El microbiólogo y académico de Nutrición de la Universidad San Sebastián, Dr. Waldo Díaz Vásquez, sostiene que la razón de esta suciedad se debe a que "uno no se preocupa de eliminarle los residuos orgánicos a la esponja ni tampoco sacarle los restos de detergente y agua".
De acuerdo a Annette Trombert, sólo raspando la superficie de una esponja con mucho tiempo de uso, se puede encontrar crecimiento bacteriano o microbiano: "La cantidad que hay aquí es enorme. Hay una gran cantidad de coliformes fecales donde está, precisamente, la Escherichia Coli".
¿Se puede eliminar con cloro? Depende. Al ser sumergida durante 10 minutos a este elemento, la esponja continúa con microorganismos. Aunque, si se mantiene por más de ese tiempo, podría desinfectarse correctamente.
CHV Noticias acudió a un laboratorio de la Universidad San Sebastián, donde se analizó una esponja nueva y otras dos con un evidente uso y desgaste.
Sobre estas últimas, Díaz detectó la presencia de microorganismos del tipo coliforme. "La esponja es un vector de contaminación cruzada", afirmó.
Asimismo, sostuvo que en sólo 1 ml de contenido de agua proveniente de esa esponja "la cantidad de microorganismos que crecieron en estas placas es incontable".