Más de veinte familias y cerca de cuarenta niños, niñas y adolescentes del campamento Mauricio Fredes en Quilicura esperan ser desalojados a principios de junio.
Durante los primeros días de junio se hará efectivo el desalojo de alrededor de veinte familias del Campamento Mauricio Fredes en Quilicura. A pesar de que más de la mitad lo ha abandonado pacíficamente, hoy viven en el lugar familias con niños que no han podido acceder a una solución para dejarlo.
Las familias tienen cerca de cuarenta niños y niñas que todavía siguen en el campamento. 85% no tiene donde ir después del desalojo; el mismo número no dispone de transporte para trasladarse ese día y el 75% cuenta con Registro Social de Hogares en Quilicura, de acuerdo con un catastro levantado por TECHO-Chile.
“Va a quedar mucha gente en la calle que no tiene donde ir, familias con niños y adultos mayores”, describió Marisol Cancino, vecina y presidenta del campamento Mauricio Fredes, quien vive allí hace tres años.
Para dar una solución al desalojo, las familias han buscado obtener distintos tipos de apoyo a su situación de emergencia habitacional.
En este contexto, la Municipalidad de Quilicura les ofreció un apoyo económico para tres meses de arriendo. Sin embargo, de las 87 familias que vivían originalmente en el campamento, solo cinco lo están aplicando y otras cinco están en evaluación, ya que uno de los requisitos es contar con un contrato de arriendo.
Desde TECHO-Chile explican que han dado apoyo a los vecinos instando junto a ellos a la Municipalidad de Quilicura y al Serviu Metropolitano a articular medidas para brindar alternativas ágiles, pertinentes y estables para las familias del campamento Mauricio Fredes.
“No se puede cuestionar la legalidad que puedan tener este u otros desalojos, pero debemos hacernos cargo de las responsabilidades colectivas que traen consigo. No podemos permitir como sociedad que familias completas queden sin techo”, advirtió Pablo Undurraga, subdirector social de TECHO-Chile.