La senadora oficialista repasó sus cuatro años al mando de la UDI y sinceró que lo más difícil de su gestión fue el 18-O y el acuerdo constitucional del 15 de noviembre. "Logramos enfrentar todo lo que significó apoyar a un gobierno que nuestro sector no ve con buenos ojos, que ha perdido la adhesión de nuestros votantes", dijo.
En el marco de las pasadas elecciones internas de la UDI, en las cuales el diputado Javier Macaya quedó a cargo de la conducción de la colectividad, la senadora gremialista, Jacqueline Van Rysselberghe, realizó un balance de sus cuatro años al mando del partido.
En conversación con La Tercera, la legisladora repasó los momentos más difíciles del oficialismo tras el 18-O y expresó sus deseos de cara al proceso constituyente.
En ese sentido, expresó que cuando asumió la conducción del conglomerado- en el marco de los casos Penta y SQM- "todo el mundo auguraba que la UDI era un partido en estado terminal y no le daban más de seis meses de vida. Y hoy logramos zafar de ahí, generar orden interno… Sigue habiendo aportes legales de campaña, pero nadie quería darle plata a la UDI".
"Con todas esas restricciones y a pesar de los pronósticos, logramos tener un partido consolidado, es decir, con la bancada de senadores más grande, con la segunda bancada de diputados más grande, cuando todo el mundo esperaba que fuéramos más irrelevantes que el Partido Radical", agregó.
Lee también: Javier Macaya derrota a Víctor Pérez y se queda con la presidencia de la UDI
Asimismo, afirmó que luego del denominado estallido social, "logramos enfrentar todo lo que significó apoyar a un gobierno que nuestro sector no ve con buenos ojos, que ha perdido la adhesión de nuestros votantes".
"Nosotros entendíamos, sobre todo después del 18 de octubre, que lo peor que le podía pasar a Chile es que se quebrara la democracia. En ese contexto, nosotros estuvimos dispuestos a pagar los costos de lo que eso significaba. Y de eso no me arrepiento", añadió, señalando que, "lo que pasa es que, de verdad, el gobierno estuvo muy cerca de caer, probablemente más cerca de lo que la gente piensa".
Además, la líder gremialista expresó que "si el país seguía en esa escalada de violencia que estábamos viviendo para el 15 de noviembre, la misma gente de derecha le habría pedido a Piñera que se fuera" y sinceró que el momento más difícil de su mandato fue el acuerdo constitucional del 15 de noviembre.
"Cuando estábamos avanzando en eso, cuando uno escuchaba las conversaciones, lo que uno pensaba era si nos iremos a arrepentir de esto. Yo no me arrepiento, porque creo que no había otra opción, porque la violencia iba a escalar de nuevo e iba a ser francamente inmanejable. Y después lo que me pasó fue que, después que firmamos como a las 3 de la mañana y estábamos haciendo los discursos, estaba hablando la gente de izquierda. Yo hubiera esperado de Boric que tuviera un discurso agresivo, porque él se la jugó y firmó solo, y su partido le quitó el piso, por lo que yo entendía que él tenía que hablarle a su partido, pero hubiese esperado del resto de los presidentes de partidos que le hubieran hablado a Chile, no a su lote", dijo
A lo que agregó: "Hubiera esperado un acto de grandeza de ellos, de reconocimiento, no una alegoría de descalificaciones, que fue lo que se escuchó. Cuando pasó eso dije que esto no va por buen camino… Pero sigo creyendo que no había otra opción".
Lee también: El debate entre Winter y Fuentes sobre el indulto a presos del estallido socialFinalmente, la senadora expresó que con miras al otro mandato "nosotros no queremos ser el Partido Republicano. Eso es una caricatura que es usada en campaña, pero a mí no me gusta el Partido Republicano. Nosotros somos la UDI popular, el partido que es capaz de salir a disputarle a la izquierda las poblaciones, que no hace política en los clubes sociales ni en el Starbucks. Yo no quiero ser una momia, es decir, un partido petrificado en la extrema derecha. No es nuestra aspiración. La UDI no es eso. La UDI, de hecho, ganó las primarias en sectores populares en Santiago".
"Yo no pretendo parecerme a Kast y no me gusta lo que Kast representa. No me gusta parapetarme en la extrema derecha como francotirador. Si ese fuese mi estilo de hacer política, yo no habría ganado en Concepción, que es una región de izquierda", agregó, añadiendo que "ellos no pueden tratar de ser la niña bonita. Es decir, Republicanos tiene una obligación con el país de ayudar a que podamos tener una buena elección de constituyentes".
Lee también: Andrea Molina es oficialmente la candidata de Chile Vamos para la alcaldía de Viña del Mar