¡De película! Santiaguino recorrió 120 km con perrito, quiso darlo en adopción y encontró a sus dueños en Futrono
"Nuestra gran amistad, el tiempo no borrará", dice la recordada canción de Toy Story que bien podría resumir el inesperado vínculo que Enrique Cardemil formó con Rutero, un perrito que conoció en un camping y que lo acompañó en una extensa ruta por Lago Ranco. El inesperado vuelco, cuenta, vino cuando publicó un aviso en Facebook y halló a sus dueños originales.
Publicado por Sebastian Leyton
Enrique Cardemil es el nombre del turista que viajó desde Santiago hasta la Región de Los Ríos para huir del ruido de la ciudad e inmiscuirse en los paradisíacos paisajes que ofrece el sur de Chile.
Con la intención de tener unos días de desconexión, arrendó una bicicleta y, con mochila en mano, recorrió un sinfín de localidades sin imaginar lo que encontraría: un vínculo que, asegura, nunca imaginó establecer con un perrito.
Se trata de Rutero, un tierno y amigable mamífero que conoció mientras acampaba en Lago Ranco y que, tras pasar varios días juntos, ambos decidieron comenzar una extensa pero inolvidable travesía.
Cuenta Cardemil que tenía todo presupuestado para conocer en profundidad los boscosos y húmedos paisajes de la zona. Pero los planes cambiaron cuando el can de 4 patas se negó a abandonarlo y, así, recorrieron 150 kilómetros en una ruta que se extendió a lo largo de cuatro días.
"Es un perrito muy lindo, muy tierno y muy fiel. Yo me iba a bañar o a cocinar y él estaba al lado. De verdad, generamos un lazo súper importante. No tenía expectativas de tener algo tan fuerte con un animal", expresó el joven en conversación con CHV Noticias.
Aún cuando intentó llevarlo consigo a la capital, el caso dio un inesperado vuelco cuando publicó un afiche en Facebook con la intención de encontrar un dueño y así darle una buena vida. Lo que, nuevamente, no esperó, fue dar con el paradero de sus humanos originales, quienes estuvieron cerca de dos meses buscándolo incansablemente por toda la región.
"Nuestra gran amistad, el tiempo no borrará, ya lo verás, no terminará", dice la letra de Yo soy tu amigo fiel, la canción que forma parte de la película Toy Story y que bien podría resumir el entrañable vínculo que se generó entre Rutero y Enrique.
"Yo creo que lo más significativo fue cuando le puse un nombre, ahí como que se hizo oficial. Aunque cambiaron las condiciones porque teníamos que ir parando más (para cuidar las patitas del can), los dos estábamos comprometidos con la ruta", cuenta.
De esta forma, Cardemil relata que juntos dieron una vuelta completa al Lago Ranco y que se preocupó de parar cada cierto tiempo para revisar si es que el animal presentaba lesiones en sus patitas.
Al término de la aventura, el ciclista que se desempeña como psicólogo en Santiago buscó la forma de adoptarlo y traerlo a la Región Metropolitana. Contactó a amigos, habló con una aerolínea y hasta fue al terminal de buses para averiguar sobre el eventual traslado.
Sin embargo, los planes cambiaron cuando hizo una decidora reflexión. "No le iba a poder dar una buena calidad de vida. Soy súper responsable, un animal es como un hijo, entonces el no merecía pasar de correr en el campo a vivir en un departamento pequeño", sostiene.
Fue en eso, cuando el entonces turista inició una campaña en redes sociales para encontrar un humano para Rutero. Así, con el correr de los días, Enrique tuvo la sorpresa de su verano cuando leyó un comentario: eran los dueños del perrito, que comentaron haberlo perdido hace unos días en Futrono.
En conversación con CHV Noticias, la dueña confirmó lo narrado y agradeció a Enrique por haber cuidado a Maluco, el verdadero nombre del perrito, durante el tiempo que estuvo con él.
"Lo adoptamos en 2019, hasta que en enero de este año lo llevamos a Cuinco Alto, donde viven mis padres y él se escapó de la casa. Hicimos avisos y no perdimos las esperanzas, hasta que el 27 de marzo vimos una publicación que salía un perrito igual al de nosotros", revela.
Así, contactaron al psicólogo y este le explicó que lo encontró en un camping de Lago Ranco. Posteriormente, Yanina Albarrán viajó desde Futrono hasta la localidad y, afortunadamente, logró dar con su paradero.
"Llamamos al perrito por su nombre y nos reconoció. El corrió hacia nosotros y nos abrazó, estaba muy feliz. Le damos las gracias al joven Enrique por el tiempo que le dedicó a nuestro Maluco, por cuidarlo mientras nosotros lo buscábamos", dice la mujer.
Así, esta noble y vertiginosa historia, al contrario de las miles que surgen a diario en el acontecer cotidiano, tuvo un precioso desenlace que, de seguro, quedará plasmado en la mente de todos sus protagonistas.
"Yo no estaba preparado para tanta intensidad. Los días de la ruta estuvimos muy cansados, pasamos tanto tiempo juntos que ya me daba cuenta de lo que le pasaba con solo mirarlo. Al momento de la despedida fue como, no puedo creer que se haya generado un vínculo tan importante. Me dio mucha pena", concluye Enrique.