Todo comenzó en 1944, cuando la monarca cumplió 18 años. En esa ocasión, recibió de regalo a Susan, una perrita que de inmediato se convirtió en su gran amiga. Desde entonces, fundó un verdadero linaje de esta raza de perros que continuó durante 14 generaciones.
El mundo se paralizó al confirmarse la muerte de la reina Isabel II a sus 96 años, solo horas después que el palacio de Buckingham emitiera un comunicado en el que se informaba que la monarca se encontraba en un delicado estado de salud.
Por esa razón, los seguidores de la corona británica comenzaron a recordar particulares detalles en la vida de la fallecida monarca, quien fue una gran amante de los perros, especialmente de los corgi.
A lo largo de su vida, tuvo 30 canes de esta raza a quienes les entregó un especial cuidado hasta el último de sus días, especialmente tras la muerte de Felipe de Edimburgo, en abril de 2021.
Todo comenzó en 1944, cuando Isabel cumplió 18 años de edad. Si bien creció viendo a este tipo de animales, ya que su padre, Jorge VI, también era un aficionado a ellos, fue en ese especial cumpleaños en que recibió de regalo a su primer perro: Susan, que se convirtió en su gran amiga.
Eso fue sólo el comienzo de una larga historia con estos pequeños perros de orejas puntiagudas y patas cortas originarios de Gales.
Según un reportaje de la BBC, la monarca recurrió a la proveedora de sus cachorros de infancia para encontrar una pareja para Susan. Fue así como dieron con Rozavel Lucky Strike y, desde entonces, fundó un linaje de corgis que continuó durante 14 generaciones.
Luego de la muerte de Vulcan en 2020 y Willow en 2018, durante sus últimos días la reina solo contó con la compañía de una perrita corgi llamada Candy y una cocker spaniel inglesa nombrada como Lissy.
Especial alimentación
El libro, titulado Pets by Royal Appointment, escrito por el biógrafo de la monarquía británica Brian Hoey, reveló la especial alimentación que tenían los perros.
De acuerdo a la publicación, los animales comían solomillo de ternera y pechuga de pollo cocinados por un chef y servidos por un camarero real.
“Entonces ella, y solamente ella, da la orden real para que empiecen a comer. Es tan preciso como eso”, contó Hoey, en declaraciones recogidas por la agencia EFE.
También se reveló que Isabel II se preocupaba tanto por sus mascotas que llevaba un imán para levantar cualquier aguja que haya caído en la sala del palacio cuando le estaban probando ropa.
La pasión de la reina por los corgis también quedó reflejada en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, en la que se emitió una filmación en la que aparecía la soberana acompañada por sus perros y el actor Daniel Craig en el papel del agente James Bond.
Incluso, es conocida la anécdota que llevó a su perrita Susan a la luna de miel tras casarse con el duque de Edimburgo en 1947.
Sin embargo, Isabel no fue la única soberana apasionada por los perros, pues la reina Victoria tenía nada menos que 88, que vivían en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, y en la residencia Osborne House, en la isla de Wight, sur de Inglaterra.
08/09/2022
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