La mujer vivía entre las ruinas y dependiendo de sus pollos y de especies del mar para alimentarse. El lugar fue destruído por una tormenta y obligó a todos a mudarse. Ella no quiso hacerlo.
Hallsands fue un pequeño pueblo inglés a las orillas del Canal de la Mancha que fue destruido después de una gran tormenta en 1917. Afortunadamente, ninguno de sus habitantes murió pero tuvieron que irse del lugar.
Sin embargo, Elizabeth Prettejohn fue la excepción. Con 33 años en ese momento, decidió quedarse en en el pueblo hasta su muerte en 1964, alimentándose de huevos de sus gallinas y de especies del mar.
Poco antes de su muerte, dijo: "Tengo todos mis recuerdos aquí, pero no sirve de nada estar sentada y deprimida. Fue el astillero el que se llevó toda nuestra playa. Sopló durante cuatro días y cuatro noches. El mar era como montañas. Yo rogué a dios que el viento se detuviera. Pensé en mudarme a Dartmouth, pero aquí es donde pertenezco con mis recuerdos".
Según consigna DevonLive, Elizabeth Ann Prettejohn nació en Hallsands en The London Inn. Sus padres eran los propietarios del pub del pueblo que se construyó muy por encima de la línea de marea.
Después de su muerte, su vivienda fue comprada y se transformó en una casa de veraneo. La gente continuó quedándose allí excepto cuando había tormentas, hasta que en 2012 un deslizamiento de tierra terminó con todo.