"Opté por bloquearlo": Los casos de madres amenazadas por retención del 10% en pensión alimenticia

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Desde que se aprobó el retiro del 10% de los fondos previsionales y se estableció que las madres o padres podían solicitar la retención en caso de existir una deuda en la pensión de alimentos, las solicitudes en el Poder Judicial no fueron pocas y rebelaron una cruda realidad, que siempre estuvo ahí, pero que ahora reventó.

Los primeros días, las filas afuera de los tribunales de familia era largas, pero también angustiantes y tristes. En su mayoría eran madres que, incluso hace más de una década, no recibían los pagos de pensiones de alimentos y que veían en esta la última opción de justicia para sus hijos.

También había hijos e hijas que buscaban que sus padres se hicieran responsables por la manutención adeudada; padres a los que no veían hace años por lo que sentían que también esta era una oportunidad.

Y, aunque eran pocos, también estaban los deudores que trataban de pasar desapercibidos en la columna humana y que querían llegar a un “arreglo” para que no les retuvieran el total de su 10% de los fondos de las AFP.

Las cifras son claras y también dramáticas. El 84% de los demandados en causas de alimentos no paga la pensión fijada por el tribunal. Si sumáramos la deuda total, esta sería de unos $180 mil millones. Lo que significa que, en promedio, 70 mil niños, niñas y adolescentes no reciben lo que por ley les corresponde.

Si el martes 4 de agosto el Poder Judicial informó de poco más de 400 mil escritos relacionados con la retención del 10% de las AFP, ya para este miércoles 5 de agosto esa cifra se elevó a 441 mil 413 solicitudes.

Además, se comunicó que ya se han presentado 23 mil 121 solicitudes por la retención del aporte a la clase media.

El testimonio de las madres: “Veo por fin una luz de esperanza”

Francisca Dupré es actriz, tiene una hija de dos años y ya realizó el trámite para retener el 10% de los fondos previsionales que pueda recibir el padre de la niña.

Los problemas, cuenta la madre, comenzaron desde el nacimiento de la pequeña y siempre fueron por dinero. “De los controles tuvo que haber pagado tres y unas vitaminas. El resto lo pagaba yo, mi mamá, mis hermanas me ayudaban, mis tías. De parte de él nada”.

“Yo reconozco que también fui violenta, porque él generaba pura angustia y mala onda”, agrega.

La última vez que la niña vio a su padre, cuenta Francisca, fue hace un año y medio, pero antes de eso tampoco había una relación constante.

El 10 de julio de este año fue también la última vez que él se comunicó por correo electrónico: “Me amenaza diciendo que mis padres son alcohólicos, inhabilitados para cuidar a la niña y que yo soy una incompetente, que no tengo solvencia económica y que él está haciendo todo para quitarme a mi hija”.

Fernanda Gutiérrez también solicitó la retención de los fondos previsionales “Espero que se le retenga el 100% de su retiro, ya que la deuda es mucha más elevada que su 10%”, nos cuenta.

“Con esta medida, veo por fin una luz de esperanza para que de alguna manera se pague la deuda con su hijo, que de alguna manera valga todo el tiempo invertido en ir al juzgado de familia en mis días libres, cada día con mi hijo en terapias y doctores, sin poder dejar de trabajar o haciendo trabajo extra para cubrir gastos y que no le faltara absolutamente nada, de correr hacia todos lados buscando ayuda o trabajando sin parar”, relata Fernanda.

Es que su hijo de hoy 8 años tiene Asperger y, por lo tanto, necesita terapias semanales que lo ayuden en su desarrollo y aprendizaje. Pero los gastos médicos no se detienen ahí, el pequeño también tiene epilepsia.

“Va muy de la mano con su condición, por lo tanto, necesita medicamentos diarios que no puedo dejar de dárselos porque puede llegar a ser peligroso para él. También cada cuatro a seis meses debo hacerle exámenes, todo esto hace llevar más difícil la situación económica. Gastos que no agregué a la deuda actual y que cubro yo solamente”, nos indica.

Fernanda demandó al padre del niño en 2013. En ese entonces se acordaron dos visitas a la semana y un pago de $100 mil, pero asegura que nada de eso se cumplió. En 2017 la deuda ya era de unos $3 millones.

Nos cuenta que con la aprobación del proyecto que permitió la solicitud del retiro del 10% de los fondos de las AFP, apareció el padre para llegar a un acuerdo para que el dinero sea repartido mitad y mitad. “Pidiendo que en la buena onda le devolviera la mitad, si la totalidad me la pagaban a mí”, relata Fernanda.

Pero no hubo consenso: “A los dos días me llamó para pedir que estuviera de acuerdo con rebajar la pensión, para que lo ayudara a bajar su deuda y por fin sacar los apremios y arraigo nacional. No llegamos a acuerdo, ya que lo encuentro injusto y, finalmente, opté por bloquearlo”.

¿Por qué? Porque le ocurrió lo que también relatan otras mujeres: “Porque es ahí donde comienzan a alzar la voz, a llorar y a decir cosas que no corresponden, como que todo esto lo hago por despecho o por querer venganza de lo que algún día él me hizo a mí. Ahora muestra más interés en su hijo y siento que sólo es por conveniencia”.

Para Fernanda, en estos casos el retiro del 10% y su posterior retención por deudas en pensiones alimenticias no debería ser voluntario, sino obligatorio y sentencia: “Si no lo pide, por lo menos no contará con ese dinero, tal cual su hijo no lo pudo hacer durante 6 años”.

Madres e hijos bajo amenaza

Para Bárbara Sepúlveda, directora ejecutiva de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem), “lo que acá se está ejerciendo no es una cuestión antojadiza, sino que la posibilidad que establece la ley para retener ese 10% cuando existe una deuda en pensión de alimentos”.

Los testimonios, las denuncias en redes sociales y también los canales de atención del Ministerio de la Mujer dan cuenta de otra triste realidad: madres amedrentadas para que no realicen el trámite de retención de los fondos previsionales.

“Lamentablemente, estos últimos días hemos visto como muchas mujeres son amenazadas por los padres de sus hijos y las amenazan para que ellas no soliciten lo que es el derecho de sus hijos y lo que es la obligación de los padres: pagar las pensiones alimenticias”, señala la ministra de la Mujer, Mónica Zalaquett.

Amenazas que ella misma señala haber escuchado en su recorrido por las calles, ya que las madres angustiadas le mostraban. “Las mujeres tienen miedo, porque son amenazas muy violentas”, indica la secretaria de Estado.

Y agrega otro hecho preocupante: “También hemos visto casos donde se están llamando a los hijos para amenazar a sus madres, exigiendo que no pidan lo que es un derecho del niño y una obligación del padre”, declara Zalaquett.

¿Qué hacer en estos casos? Bárbara Sepúlveda de Abofem entrega algunas recomendaciones: “Si hoy día hay mujeres que están siendo amedrentadas, maltratadas o amenazadas por sus ex parejas o por padres de sus hijos, habría que recordarles que también se encuentran amparadas por la ley de violencia intrafamiliar”

“Las mujeres que están sufriendo violencia intrafamiliar, a propósito de ejercer esta medida, deben denunciar en Carabineros, Policía de Investigaciones, Fiscalía o en Tribunales. En el caso de que se requieran medidas de protección, deben solicitarse directamente en el Juzgado de Familia y si hay víctimas de agresiones físicas estas deben acudir a un centro asistencial para constatar las lesiones exigiendo una copia del certificado”, señala Sepúlveda.

En el Ministerio de la Mujer también tienen sus canales abiertos para recibir este tipo de denuncias y poder asesorar a las madres que requieran orientación y ayuda.

“Nosotros hemos puesto a disposición el 1455, Chile Atiende, los pueden orientan en el proceso, nos pueden escribir al WhatsApp, hemos abierto muchos canales de comunicación. Nosotros las vamos a acompañar en el proceso y en caso de que estén siendo amenazadas. Si usted tiene alguna evidencia de su amenaza, ya sea una grabación o un WhatsApp guárdenlo, tráiganlo y nosotros la vamos a acompañar”, indicó la ministra Zalaquett al ser consultada sobre la ayuda estatal.

Por ejemplo, ya están recibiendo esta asesoría una mujer en el Biobío y otra en el Ñuble.

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