"Brasil no puede dar otra vez un paso a la izquierda", afirmó el candidato ultraderechista, que fue apuñalado el pasado 6 de septiembre en medio de un acto público.
El ultraderechista Jair Bolsonaro obtuvo un 46% de los votos en las elecciones presidenciales en Brasil, pero se quedó a un paso del poder y disputará una segunda vuelta el 28 de octubre con el progresista Fernando Haddad, que logró el 29%.
La victoria de Bolsonaro fue aplastante y muy superior a lo que vaticinaban las encuestas, pero los cuatro puntos porcentuales que le faltaron postergarán la definición, que, de acuerdo a los sondeos, pudiera no ser tan fácil como la primera vuelta.
Todas las encuestas publicadas hasta este sábado decían que, en caso de una segunda vuelta, Bolsonaro y Haddad estarían empatados en torno a un 45 % de los votos, aunque los resultados de este domingo presionan al candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
Si fuera el caso, se mantendría entonces el clima polarizado que ha primado en la campaña para la primera vuelta, en la que el líder de la ultraderecha se ha adueñado casi por completo del campo conservador y sumado apoyo de las influyentes iglesias evangélicas.
Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército, fue el primer candidato en dirigirse a votar, en su primera aparición en público desde que el 6 de septiembre fue acuchillado durante un mitin, lo que le causó graves heridas que lo mantuvieron hospitalizado durante tres semanas.
"Creo que no habrá segunda vuelta. Estoy con mucha fe y esperanza y trabajé mucho para eso", declaró el candidato, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) conocido por declaraciones de tinte machista, racista, homófobo y xenófobo.
Se equivocó en su primer pronóstico, pero aun así, confirmados los resultados, dijo que "no deja de ser una gran victoria" y pidió a sus seguidores que "continúen movilizados" porque Brasil "no puede dar otra vez un paso a la izquierda" ni "puede seguir coqueteando con el comunismo".