Un venezolano, un peruano y dos chilenos aparecen ligados a una organización descubierta por el organismo fronterizo, que califica la conducta comercial como asociación ilícita, falsificación, contrabando y blanqueo de capitales por más de 1.131 millones de pesos, que opera con oficinas virtuales en Santiago y ramificada en Perú y Miami. Lo llamativo del mecanismo es que importaban y exportaban los mismos productos, manteniéndolos en constante circulación de ingreso y salida desde Chile. Destacan entre ellos celulares extintos en el mercado nacional, justificados con boletas falsas para darles apariencia de legalidad. En una de las revisiones a la mercancía, los funcionarios hallaron bolsas con detergente y apostaron que en su interior había droga, pero no. La entidad denunció los hechos al Ministerio Público y presentó querellas que apuntan en contra de estos miembros de un neo-crimen organizado. La historia y los documentos los revela CHV Noticias.
La Fiscalía Occidente investiga una nueva modalidad para lavar dinero, luego que el Servicio Nacional de Aduanas (SNAD) descubriera a una organización compuesta por chilenos y extranjeros que fingían exportaciones lícitas entre Santiago, Miami y Perú, cuyo monto podría superar los $1.131 millones.
La información consta en dos querellas interpuestas por el organismo en el Primer Juzgado de Garantía de Santiago y en informes reservados del organismo fiscalizador donde se detalla la operatoria, al que accedió CHV Noticias.
Los primeros indicios aparecieron en 2021, cuando se revisó una exportación con destino a Estados Unidos que contenía 7.903 teléfonos celulares usados y “extintos” en el mercado nacional, más de 1.700 tablets, entre otros productos.
El hecho pudo tener explicación comercial, pero al profundizar Aduanas detectó documentos tributarios falsos con montos “mucho más bajos” que el declarado para así incrementar el valor real y acceder a los beneficios del IVA exportador.
Los primeros antecedentes, entonces, apuntaron a delitos de contrabando. Por esta razón, en la primera acción legal interpuesta por el SNAD a principios de octubre pasado, solicitó en contra del dueño venezolano de la empresa exportadora, una pena de tres años de cárcel y el pago de una multa a beneficio estatal por más 5.659 millones de pesos.
Sin embargo, a medida que la indagatoria aduanera continuó, aparecieron nuevos antecedentes. El primero fue que la organización mantenía una empresa “espejo” en Miami manejada por un chileno que se autoimportaba los productos desde suelo nacional y luego enviaba los mismos de vuelta a nuestro país. El negocio también incluyó medio millón de mascarillas.
El segundo fue un producto aún más llamativo: 6.501 kilos de detergente para lavar ropa. Este último, fabricado por una empresa en la comuna de Maipú, salió de Chile con destino a Miami e ingresó nuevamente a principios de 2022.
En Aduanas se sospechó de inmediato de tráfico de drogas, se aplicaron los protocolos, pero la diligencia arrojó resultados negativos.
La operación permitió comprobar “que el despacho (...) carece de toda lógica”, escribió uno de los fiscalizadores en un segundo informe, donde además acreditó otro envío de los mismos teléfonos móviles a Perú por más de 120 millones de pesos.
Las conclusiones emanadas del Subdepartamento de Análisis de Riego fueron claras: las operaciones de comercio internacional no se condicen con la “capacidad económica y perfil del cliente”. Este último, además, no registra un empleo remunerado, ejecutando contratos complejos “que incluyen numerosos intermediarios en líneas de negocios inexistentes”.
Aduanas determinó que de las tres firmas asociadas a los delitos investigados, dos están ubicadas en la comuna de Las Condes y notariadas en la misma jurisdicción, pero según confirmó CHV Noticias, ninguna funciona en las direcciones que figuran en los registros comerciales. Y otro dato: una de ellas durante los últimos años ha exportado al país del norte más de 13 mil millones de pesos.
La tercera, en tanto, fue inscrita a nombre de un chileno por una contadora estadounidense con domicilio en Miami y dedicada a la administración de empresas virtuales.
Este tipo de sociedades de responsabilidad limitada (LLC, por sus siglas en inglés) son de fácil creación en la capital del Estado de Florida. De hecho, basta con el pasaporte al día para el caso de los extranjeros sin visa y no requiere capital mínimo; tampoco es necesaria la residencia ni un socio norteamericano, lo que permite realizar importaciones y exportaciones en todo el orbe sin pagar impuestos.
A lo anterior se suma que si la LLC quiebra, la autoridad solo embargará la inversión hecha por la compañía, quedando fuera los activos de como automóviles propiedades, cuentas bancarias, entre otros.
De acuerdo a especialistas, son una forma sencilla para blanquear dinero.
La estructura descubierta, a juicio de Aduanas “presuma fundadamente la figura de la asociación ilícita” y lavado de dinero.