La policía militar brasileña se ha negado a patrullar las calles desde el 18 de febrero pasado, pues exigen mejoras en las condiciones laborales y aumento de sueldo. Por su parte, el presidente Bolsonaro ha sacado a las Fuerzas Armadas para resguardar el orden público.
La policía militar en el Estado de Ceará en Brasil está en huelga por mejoras salariales y se niegan a patrullar las calles, por lo que el presidente Jair Bolsonaro envió a las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
Todo esto en medio de época de Carnaval, lo que incluso obligó a suspender el evento en 14 ciudades.
Los policías militares en el Estado de Ceará en Brasil se niegan a patrullar las calles desde el martes pasado, pues exigen mejores condiciones laborales y aumentos de sueldo.
Lee también: Brasileña fingió tener síntomas del coronavirus para recibir atención prioritaria en una clínicaUna crisis de orden público que ha registrado 122 homicidios en los últimos cuatro días, e incluso la agresión al senador laborista Cid Gomes, quien recibió dos disparos cuando intentaba entrar a un cuartel de policías.
Pero el episodio agravó la situación, ya que el presidente Bolsonaro autorizó el ingreso de las Fuerzas Armadas a la ciudad de Fortaleza.
En plenos días de Carnaval, la fiesta fue suspendida en 14 ciudades del estado brasileño por falta de seguridad. Al menos tres municipios contrataron servicios privados.
"No habrá negociaciones, ni amnistías", fue el ultimátum de las autoridades a los policías, quienes por ley tienen prohibido ir a huelga. La última oferta a los huelguistas fue de US$1.050. Sin embargo, los policías piden US$1.200, equivalentes a casi un millón de pesos chilenos.
Lee también: #MeToo: Harvey Weinstein es declarado culpable