Juan Pablo fue el afortunado que entregó estos solicitados alimentos a la propia pareja del astro trasandino, Antonela Roccuzzo, aunque admitió que sólo supo detalles una vez que le abrieron la puerta. "Tenía un nudo en la garganta", señaló.
Una verdadera revolución se ha generado en Rosario,
Argentina, luego de la llegada de su hijo pródigo,
Lionel Messi, quien
está disfrutando de sus vacaciones junto a su familia.
Si bien el astro trasandino ha estado alejado de las canchas en este receso, sí ha hecho noticia por otros particulares motivos que
se han viralizado rápidamente entre los usuarios.
Uno de ellos es la historia de Juan Pablo,
un repartidor que tuvo la fortuna de ir a la propia casa de la Pulga para entregarle un pedido de comida, aunque llegó sin saber qué persona lo había pedido.
"24 de dulce de leche, 12 de crema pastelera y 6 de Nutella", eso fue concretamente lo que
pidieron los Messi a una tienda de churros, todo a domicilio.
Y el encargado de llevar todo fue este
joven que hace un tiempo soñaba con ser futbolista, pero que ahora trabaja de repartidor para poder salir adelante y ayudar a sus cercanos.
Apenas notó que fue la esposa del Campeón del Mundo,
Antonela Roccuzzo, la que abrió la puerta, apareció toda la emoción de Juan Pablo, la que
expresó en un audio de WhatsApp enviado a su pareja.
"Recién lleve un pedido. ¿Adivina a la casa de quién fue? A la casa de Messi. Me atendió Antonella. Estoy reemocionado (...)
Lo vi a Messi a lo lejos y lo saludé. Me levantó la mano y ahí me largué a llorar de la emoción", comentó.
"Al principio no quería ir"
Una vez que la historia se conoció en prácticamente todo el orbe, el joven admitió que
en un comienzo miró con recelo ir al reconocido sector de Kentucky, lugar en el que vive el delantero del Inter Miami y su familia, por algunas complicaciones que ha tenido.
“Todavía no me creo lo que pasó. Al principio no quería ir a Kentucky ni a otros barrios privados, porque
te hacen perder mucho tiempo en la entrada cuando te revisan y me iba quejando en la moto", dijo a
Radio Con Vos.
Sin embargo, con el correr de los minutos su idea fue cambiando. "Cuando llegué a la entrada había mucha gente, yo estaba con el pedido
y pensé: ‘Qué lindo sería si lo cruzo a Messi”’, señaló.
Una vez que se percató de que el dueño de la propiedad era su ídolo, Juan Pablo aseguró que "temblaba,
tenía un nudo en la garganta y la voz quebrada", aunque no pudo obtener la preciada foto.
“Fue todo muy rápido,
yo no los quería molestar, les pregunté si me podía sacar una foto y me dijeron que estaba con los amigos”", añadió.