Las predicciones meteorológicas más fidedignas son hasta tres días. El margen de error aumenta en la medida que extendemos nuestra mirada, por eso entre el cuarto y el séptimo día la precisión es menor o el error es mayor. De ahí en más, es casi un azar.
¿Has comprobado si los pronósticos del tiempo a largo plazo tienen las aplicaciones de tu teléfono se han cumplido?
Sería un buen ejercicio considerando que hay aplicaciones que te entregan predicciones meteorológicas a 90 días, sí, a ¡3 meses! “Es imposible anticipar las condiciones del tiempo con exactitud a tres meses. El aumento progresivo del error con el avance de los días hace que a tan largo plazo sea más alta la probabilidad de fallar que de acertar un pronóstico”, afirma Eduardo Sáez del Departamento Meteorológico de Chilevisión.
Coincide con lo anterior, la Dirección Meteorológica de Chile que establece “un umbral de siete días para pronosticar la ocurrencia de un evento meteorológico. Debido al carácter probabilístico de los pronósticos, y la gran cantidad de información, tanto de superficie como de altura, que se requiere para hacer la evaluación del estado de la atmósfera, es que se torna complejo tener una certeza de los pronósticos después de las 72 horas”.
Mira también: El conductor más odiado recibió su lección: Bloqueó la rampa de discapacitados y los vecinos le taparon el Porsche con basura“Con las condiciones actuales, 5 días. No más allá de eso”, afirma Sáez.
Por lo mismo, la DMC asegura el “tras siete días sólo emitimos perspectivas generales, las cuales se basan en configuraciones sinópticas del momento. Su futura evolución temporal está basada en modelos meteorológicos probabilísticos, y las condiciones climáticas de cada zona. Sin embargo, en la medida que se amplía el periodo de pronóstico, se juega contra la variabilidad climática, por lo cual la dispersión de soluciones es cada vez mayor a medida que se superan los 7 días”.
Entonces, ¿en qué se basan las aplicaciones o programas que pronostican a tan largo plazo?
Según la Dirección Meteorológica de Chile, “en general las empresas comerciales que entregan productos meteorológicos con un horizonte de pronóstico desde 8 días a meses utilizan ecuaciones de modelos meteorológicos cuya base de solución es la climatología, e índices atmosféricos.
Producto de la variabilidad climática, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) recomienda proyectarse trimestralmente con respecto a las condiciones esperadas, para lo cual día a día incorporan nuevos índices tales como por información relativa al Fenómenos de El Niño o La Niña (Índice Oscilación del Sur), Oscilación Antártica, entre otros”.
Lo anterior es complementado por Sáez, quien agrega que "la atmosfera no se rige por estadísticas, porque es dinámica. Una misma condición meteorológica no se repetirá en la misma fecha cada año. El ejemplo más claro ocurre durante las fiestas patrias. Todos pensamos que en esos días “siempre” llueve en la zona central, pero eso ha ocurrido sólo en el 25% de los 18-19 de septiembre registrados”.
Aunque muchos piensan en que son sinónimos, la verdad es que en el ámbito meteorológico las palabras TIEMPO y CLIMA tienen un significado muy diferente. Esta es la definición de la Dirección Meteorológica de Chile.
“La palabra TIEMPO atmosférico se refiere a las variaciones diarias y horarias que sufre la atmósfera, en ocasiones son cambios sorpresivos o caóticos. Por ejemplo, es bastante fácil pasar de un día caluroso en Santiago, al otro día nublado y frío. Esto sería parte del tiempo. Mientras que el CLIMA corresponde al promedio o tendencia a largo plazo del tiempo", sostienen.
Mira también: ¡Para qué te traje! Concursante de Pasapalabra se equivocó de manera increíble en el roscoY puntualizan: "Volviendo a un ejemplo similar al anterior, todos sabemos que los veranos en Santiago son secos y calurosos, ya que en promedio esa es la condición de tiempo atmosférico que más predomina durante estación estival. El tiempo es variable, el clima es más estable, aunque como hemos visto también puede ir cambiando con el paso de las décadas”.
La DMC enumera las características que dificultan los pronósticos para nuestro país:
· La geografía debido a sus dos cordilleras (Costa y Los Andes), las que generan una deformación de las ondas meteorológicas al cruzarlas y que muchas veces los modelos numéricos no son capaces de resolverlo, lo que afecta el comportamiento del viento y de la distribución de las precipitaciones, dependiendo si se acerca o se aleja de las cerros o montañas.
· Su extenso territorio, lo que implica una gran diferencia climática de norte a sur.
· El no contar con información meteorológica en tiempo real de áreas tales el océano Pacifico, sectores cordilleranos y otras áreas difíciles de monitorear, de manera de conocer el real comportamiento de sistemas frontales, entre otros.
· La gran diversidad de fenómenos que nos afectan como; olas de calor, inundaciones, remociones en masa, sequía, olas de frío, viento intenso, tormentas, trombas marinas, mala ventilación, solo por nombrar algunas.