En conversación con CHV Noticias, asistentes al evento acusan escasa fiscalización en el acceso al recinto, lo que habría permitido el acceso de menores de edad, así como ausencia de detectores de metales. En contraparte, desde la productora encargada del espectáculo señalaron que contaban “con tres anillos de seguridad”.
“Cuando comenzaron los disparos, saltamos la barra y nos ocultamos”, comentó Andrea (identidad protegida), quien fue una de las asistentes a la fiesta “Nikkita Wild” en Espacio Riesco que terminó con una balacera, la madrugada de este martes.
En conversación con CHV Noticias, la joven señaló que desde que llegó al lugar, en compañía de una amiga, notó que no había suficiente seguridad.
“Desde el minuto uno este evento no tuvo ningún filtro ni seguridad. Yo me quedé porque ya había comprado la entrada y porque ya estaba ahí (...). Pero no nos pidieron carnet, ni pase de movilidad. Y apenas nos revisaron, nunca vi detectores de metales”, aseguró.
Apuntó que si bien el evento estaba organizado para mayores de 24 años, vio a menores de edad en el lugar y en estado de ebriedad.
“No cumplieron el tema de la edad porque dijeron que el evento era para mayores de 24 años y había niños de 16 años. Hablé con una cabra en el baño que tenía 17 años”, comentó Andrea, quien se encontraba en la zona designada como general.
Sin embargo, y pese a estas denuncias, que se suman a la de otros tantos asistentes, Nikkita Producciones hizo público un comunicado en el que precisaron que la fiesta contaba con tres anillos de seguridad.
“Se dispusieron tres anillos de seguridad con el fin de realizar inspección visual al ingreso de vehículos, control peatonal y de ingreso de los asistentes a los distintos espacios de la fiesta”. Del mismo modo, indicó que se contó con “detectores de metales en todas las áreas de acceso” con el fin de “evitar el ingreso de elementos peligrosos”.
Por su parte, Camila (identidad protegida), quien presenció más de cerca lo ocurrido -ubicada en la zona VIP-, narró que el hecho se produjo “pasadas las 04:30, 04:40 de la mañana. Estaba con un grupo de amigas, unas mesas más atrás de donde hicieron los disparos”.
Camila manifestó que su reacción fue agacharse y ocultarse en la mesa, mientras pasaba la pelea.
“No me explico cómo pasó. Lo único que vi fue que se podían pasar cosas por medio de una reja. Quizá por allí pasaron las pistolas”, precisó y apuntó que por la mesa pagaron más de un millón de pesos.
Al igual que Andrea, esta joven denunció que “no nos pidieron el carnet ni el pase de movilidad” y destacó que “cuando logramos salir, vi a una niña con un balazo en la pierna que estaba siendo atendida por los de seguridad”.
Finalmente, Felipe (identidad protegida) manifestó que suele trabajar en este tipo de eventos y que "siempre hay mucha seguridad, no sé lo que pasó (...). Solo vi a un loco, vestido todo de negro, que sacó una pistola y disparó. Me quedé en shock. Luego nos dijeron que nos fuéramos a la bodega porque la situación estaba muy peligrosa".
En la fiesta, producto de los disparos, cuatro personas resultaron heridas y dos de ellas fueron trasladadas al Hospital San José, una a la Clínica Indisa y otra a la Clínica Santa María.
Crédito: Cazanoticias