“Gracias a cada uno de ustedes por acompañarnos en este momento tan especial en que despido a mi hijo, a mi bebé, a mi guagua... un hombre digno de imitar. Un trabajador, luchador. Padre de familia. Se esforzaba día tras día. Estudió y trabajó. Nosotros le inculcamos: siempre luchemos por un ideal (…) Le dije 'cuídate hijo, lo único que te pido es que te cuides', porque no quería llorar y ahora estoy llorándolo”.
Fueron palabras que brotaron de un padre que se sostenía en pie solo por el valor que le dio el espíritu luchador de su hijo Aníbal, un joven que hoy ya no está y cuyo recuerdo queda inmortalizado en un mural pintado en la población La Victoria mientras se desarrollaba este homenaje a un nuevo caído por la violencia que fue registrado por Prensa OPAL.
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La muerte de Aníbal Villarroel Rojas se produjo en Pedro Aguirre Cerda. El contexto: un disparo recibido en la zona lateral de su abdomen tras la conmemoración del primer aniversario del 18-O.
Según el fiscal regional Héctor Barros, “investigamos con la PDI las circunstancias del fallecimiento de un hombre de 26 años donde preliminarmente hubo un enfrentamiento con carabineros con armas de fuego, tanto de civiles como también funcionarios policiales”.
Padre de una niña de 5 años, el “Pupi” estaba con algunos amigos en la intersección del pasaje Fuica con Departamental cuando se producía un ataque a la unidad policial de la población La Victoria. En la refriega, sus amigos solo escucharon los disparos, aunque la nula visibilidad por el humo de un Transantiago que ardía y el polvo de extintor que usaba carabineros para apagarlo.
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“Con Aníbal estábamos escondidos detrás de un poste. Yo le dije que nos fuéramos. Salí corriendo primero y cuando me iba a seguir, a medio metro se desploma y a mí me llega un balazo en el talón”, relata uno de sus amigos a Publimetro.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) condenaron con duras palabras el actuar de la policía uniformada: “según versiones de testigos, habría sido asesinado (el domingo 18 de octubre) por impactos de balas o perdigones en su pecho disparados por funcionarios de carabineros que cumplían funciones represivas en el sector”.
El gran problema de la violencia desatada durante este 18 de octubre es que, una vez más, se denunciaron graves violaciones a los derechos humanos y hoy quien paga las consecuencias de un crimen, por ahora sin un responsable, es la familia de Aníbal.
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“Les agradezco a cada uno de ustedes por este homenaje. Por acompañarnos en este momento de dolor… y llegar a una verdadera justicia, por cada uno de nuestros seres, que hemos perdido”, finalizaba en su discurso el padre de esta nueva víctima.
20/10/2020
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