La víctima contó que se había quedado a dormir en la casa de su cliente, desde donde habría sido trasladado hacia otro domicilio, del cual logró escapar.
El abogado de un presunto cabecilla narcotraficante denunció que fue secustrado por su propio cliente, y otras dos personas, en Maipú.
La víctima habría logrado escapar desde el lugar en el que estaba retenida y llegó hasta el Hospital El Carmen de la comuna, donde denunció su caso a personal de Carabineros.
"Lo tuvieron retenido, propinándole diferentes golpes en el cuerpo. Conforme a la denuncia realizada por esta persona, se logró obtener una orden de entrada y registro para el domicilio, donde fue retenida (el presunto secuestrador)", informó el mayor Gustavo Tapia, de la 25° Comisaría de Maipú.
Tras lo anterior, se logró "la detención de dos sujetos adultos con antecedentes penales e incautación de droga, fármacos sujetos a control y dinero en efectivo".
De acuerdo a lo que se sabe, la víctima estaba durmiendo en un domicilio, que sería de su cliente, del cual fue sacado y trasladado a otro, en la comuna de Maipú.
"Es un abogado y en un descuido por parte de estos sujetos, cuando se quedan dormidos, la víctima aprovecha de huir del domicilio, llegando al Hospital El Carmen donde realiza la denuncia", confirmó el policía.
Por su parte, la víctima, identificada como Francisco Pérez Zahr, contó a Biobío Chile que estaba durmiendo en el domicilio de su cliente cuando este llegó con otros dos hombres y lo amenazaron, trasladándolo hacia otro lugar.
“Me invitó (el líder narco) no solo para ver su tema, sino también el de sus soldados. Yo me quedé ahí un par de días porque era harto trabajo. Durante la noche no sé qué pasó, se volvió loco y llegó él con otros dos sujetos que seguían órdenes”, reveló.
Tras eso, contó que "me llevaron al punto de venta de droga de ellos y ahí estuve todo el resto de la mañana hasta las 12:00 horas. Ellos estaban tan drogados que yo tomé la oportunidad, agarré lo que pude mío y me fui. Me robaron dinero, tarjetas, me sacaron claves y todo”.
Finalmente, confesó que su trabajo era "defender a los que él llamaba sus 'perros', sus soldados, cuando los tomaban presos. No solo lo estuve representando en casos penales, sino que también tenía problemas con su señora y necesitaba un divorcio".