El mundo entero celebra la bienvenida al año nuevo con la esperanza de atraer la buena suerte y prosperidad, aunque las tradiciones de cada nación pueden variar de forma sorprendente. Por ejemplo, en Dinamarca suelen romper y aplastar platos contra la puerta de amigos.
Usualmente, en Chile celebramos la llegada del
Año Nuevo en familia, reunidos para compartir una cena especial y practicar diferentes ritos como, por ejemplo, las "
12 uvas de la suerte". Aunque también es cierto que el baile y la música no pueden faltar.
El brindis con champaña, los
eventos públicos con fuegos artificiales y la congregación en las playas para recibir el año, son parte de la festividad al estilo chileno. Sin embargo, las
tradiciones varían dependiendo del país.
Aquí te presentamos
algunos países que, aunque a primera vista parecen
celebraciones exóticas como parte de su cultura, comparten la similitud global de reflexionar, expresar buenos deseos y
abrazar la esperanza para el nuevo año.
Dinamarca: Saltando hacia el nuevo año
En
Dinamarca, la llegada del nuevo año viene acompañada de una tradición singular.
A medida que la cuenta regresiva de medianoche llega al
Ayuntamiento de Copenhague, la gente se
sube de pie en una silla al sonar la primera campanada y permanece allí hasta que suena la última.
En ese momento, se dan
un salto desde la silla "hacia el Nuevo Año", simbolizando la superación de posibles
desafíos y dificultades que puedan surgir en el próximo año.
En algunas zonas, persiste otra costumbre: Tras la cena de fin de año,
romper y aplastar platos contra la puerta de amigos. Es un gesto de afecto y deseo de
amistad duradera.
Austria y Alemania: Bleigießen, fundir plomo para vaticinar el futuro
En
Austria y Alemania, la
Bleigießen es una curiosa y supersticiosa tradición de fin de año que consiste en
quemar una figurita de plomo sobre una cuchara con una vela.
Al fundirse, se vierte en agua fría, solidificándose rápidamente.
La figura resultante se interpreta como
un augurio para el próximo año. Una estrella, mariposa o pez indican
suerte; una escalera, un
ascenso laboral; y un barco,
un viaje.
La forma puede ser reconocible, pero a menudo se
requiere imaginación para interpretarla.
Japón: Ōmisoka
En Japón, la festividad de fin de año llamada
Ōmisoka, va acompañada de rituales familiares. El
31 de diciembre, se realiza una
limpieza exhaustiva de casas, oficinas, templos y santuarios en una jornada conocida como
Ōsōji.
El propósito es
deshacerse de las influencias impuras del año que termina.
A medianoche, se recibe el nuevo
año con el sonido de 108 campanadas provenientes de todos los templos de Japón, basándose en la
creencia budista de los 108
deseos mundanos o pasiones que afligen a los seres humanos.
La tradición incluye compartir tazones de fideos, conocidos como
Toshikoshi-Soba, en familia, simbolizando la
longevidad.
Estados Unidos: Besos a medianoche
En Estados Unidos, la tradición más romántica
es el beso de medianoche. Aunque su origen es incierto, algunos creen que
proviene de la antigua Roma, donde durante el
festival de Saturnalia, todos se besaban.
Los estadounidenses creen que este gesto
atraerá al amor de sus vidas y alejará la soledad en el próximo año.
Filipinas: Lunares para la buena suerte
Los filipinos comparten con los japoneses el
gusto por los fideos largos, llamados pancit, en la cena de Nochevieja.
Pero una tradición distintiva es
vestirse con ropa y accesorios llenos de lunares, que simbolizan la riqueza.
Hacer
sonar monedas guardadas en los bolsillos es otro ritual para
atraer la prosperidad.
Rusia: Cenizas y champán
En Rusia, una tradición peculiar implica
escribir deseos para el Año Nuevo en un papel,
prender fuego a ese manuscrito y
arrojar las cenizas sobre una copa de champán.
Los más audaces incluso
se beben la mezcla a las 00:01 horas.
Puerto Rico: Batalla de agua
El
clima de Puerto Rico permite una tradición única durante la celebración de fin de año:
Arrojar cubos de agua por la ventana.
Se cree que esto ayuda a
librarse de los problemas acumulados durante el año. Además, es común escuchar el poema
El brindis del bohemio durante esta jornada.