Cómo cada año, durante este presente agosto se adelgazó la cobertura que absorbe más del 97% de la radiación solar que llega a la atmosfera terrestre. Este agotamiento se expande sobre la Antártica. ¿De qué se trata?
Como cada año en agosto, el agujero en la capa de ozono ya se abrió este 2022 sobre la Antártica y permanecerá así hasta diciembre. La capa de ozono se ubica en la estratósfera, entre los 15 y 50 kilómetros de altitud, protegiendo a la Tierra y a sus huéspedes al absorber más del 97% de la radiación ultravioleta emitida por el Sol.
“Debemos aclarar dos temas en relación con la capa de ozono. El primero es que su adelgazamiento o agotamiento es un problema global. Y el segundo es que este adelgazamiento o agotamiento es mucho más marcado sobre la Antártica y sus alrededores. Este último se conoce como el agujero de ozono”, ilustra Raúl Cordero, climatólogo líder de Antártica de la Universidad de Santiago de Chile (Usach).
El agujero en la capa de ozono sobre el continente antártico no es permanente, sino que estacional, es decir, habitualmente se abre en agosto y se cierra en diciembre cada año.
¿Por qué estacional? “Por los tres factores: presencia de bajas temperaturas, radiación solar y químicos destructores de ozono. Aunque estos gases están presentes en el aire de todo el planeta, sólo en este lugar se combinan los tres ingredientes que afectan más esta capa”, reseña el académico.
El agujero se abrió este año alcanzando una superficie cercana a 4 millones de kilómetros cuadrados (5 veces Chile continental). Los pronósticos anticipan que seguirá aumentando durante las próximas semanas hasta abarcar 20 millones de kilómetros cuadrados hacia fines de septiembre para luego comenzar a disminuir su amplitud para volver a cerrarse a fin de año.
“La atmósfera representa la manta que cubre nuestro planeta y está integrada por una mezcla homogénea de gases y aerosoles (partículas sólidas y líquidas) que conocemos como aire. El aire que respiramos está compuesto básicamente por dos elementos: Nitrógeno (78%) y oxígeno (21%). Sólo un 1% representa el resto de los gases y, entre ellos, está el ozono”, detalla el meteorólogo Juan Crespo en el artículo El ozono y su herida en la atmósfera de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC).
“La capa de ozono actúa como un escudo protector ante la radiación ultravioleta (UV) del Sol. El agotamiento de la capa de ozono se produce como consecuencia del uso antrópico de diversos componentes llamados sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO)”, reseña el Sistema Nacional de Información Ambiental (SINIA) del Ministerio de Medio Ambiente.
El ozono es un gas compuesto por tres átomos de oxígeno (O3). Crespo afirma que “debido a su importante rol, el ozono estratosférico se considera ozono bueno. En contraste, el exceso de ozono en la superficie de la Tierra, que se forma a partir de contaminantes, es considerado ozono malo, ya que puede ser dañino para la vida”.
En los años 70, los científicos descubrieron que se estaba creando un agujero en esta cobertura protectora producto de la actividad humana.
El agujero en la capa de ozono “corresponde a una disminución importante en la cantidad de ozono debido a la presencia de contaminantes químicos derivados de la industria de refrigerantes, aerosoles, pesticidas y, en menor proporción, de las erupciones volcánicas, que son transportados hacia los polos y finalmente, por acción de la radiación proveniente del Sol, reaccionan con las moléculas de ozono provocando su destrucción”, revela la DMC a través del artículo “El ozono y su herida en la atmósfera”.
Debido a este daño, en “1987 se firma el Protocolo de Montreal bajo el cual, los gobiernos, los científicos y la industria se comprometen a trabajar juntos para eliminar el 99% de todas las sustancias (cloro y flúor) que reducen la capa de ozono. Gracias a esto, la capa de ozono se está recuperando y se espera que vuelva a los valores anteriores a 1980 para mediados de siglo”, afirmó António Guterres, secretario general de Naciones Unidas (ONU).