Ser
mujer, joven y mamá, parece incompatible para el éxito. Así al menos lo han vivido varias mujeres a las que se les han cerrado las puertas solamente por tener un bebé.
Si se llega a superar esa barrera, estudiar y conseguir un trabajo, viene una que no ha cambiado con el correr de los años.
Es la brecha salarial con hombres que se mantiene a pesar de todas las transformaciones y manifestaciones de los últimos años.
Imagínese esto para una adolescente que
fue madre cuando aún no terminaba el colegio, que vive en una comuna estigmatizada y que siente que pasó a segundo plano.
Según la Encuesta CASEN 2017, entre las y los adolescentes de 15 a 17 años que no asisten a ningún establecimiento educativo,
un 24% de las mujeres indicó que se debe al embarazo, y solo un 1,5% de los hombres a la paternidad.
Entonces, se plantea la interrogante:
¿Hay que quedarse en casa mientras el hombre trabaja? ¿Hay que conformarse con ganar menos porque ser madres "quita" tiempo?
Carreras "femeninas"
Según el informe de Brechas de Género 2022, en las matrículas en primer año de estudio superior,
las mujeres representan el 52,7% del alumnado nuevo en el sistema, mientras que los hombres el 47,3%. Es decir, hay más mujeres dispuestas a estudiar una carrera.
Entrando más en detalle, se especifica que las jóvenes se concentran en
carreras tradicionalmente consideradas “femeninas”, asociadas a su rol histórico de cuidado como salud, educación y limpieza, las que son consideradas de "menor productividad".
Pero eso no es todo, ya que en la última
Síntesis de Resultados Encuesta Suplementaria de Ingresos del 2021, la brecha de género en el
ingreso medio se ubicó en -21,7% en desmedro de las mujeres.
En concreto, el
50% de los hombres recibió un sueldo de $500 mil, pero las mujeres tuvieron un ingreso mensual inferior o igual a $405 mil. Uno de los factores, nuevamente, sería la maternidad.
María Angélica es contadora de profesión y puede dar fe de esta discriminación salarial. Hace algunos años,
le preguntó a su jefe por qué estaba ganando un 50% menos que su colega masculino, si su rendimiento era muchísimo mejor. La respuesta la dejó atónita.
"Me señaló que yo tenía un proveedor (marido), así que no necesitaba más ingresos. Lo encontré tan discriminatorio que tomé mis cosas y me fui", contó.
¿Por qué pasa esto si en Chile rige, desde el año 2009, la
Ley N° 20.348 que resguarda el derecho a la
igualdad en las remuneraciones entre hombres y mujeres que ejerzan un mismo trabajo?
¿Cómo cumplir la ley?
En conversación con
CHV Noticias,
Antonia Orellana, ministra de la Mujer y Equidad de Género afirmó a que la normativa es "necesario adaptarla a
los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)".
"En el sentido de que:
A igual labor, igual paga. Aunque tenga un compañero de trabajo que tenemos el mismo título y la misma experiencia, no cumplimos las mismas tareas porque culturalmente se asignan distintas tareas a mujeres, eso también está en la mente de los jefes", agregó.
La secretaria de Estado indicó que este tema se está tratando en tres ámbitos.
Responsabilidad social, reformas legales y trabajo cotidiano, en el que el Estado estimula rubros no tradicionales, pero que dan empleo seguro como minería, transporte y vivienda.
En esta misma área, desde el gobierno aseguran que se ha recuperado los
índices de empleo femenino que se perdieron durante la pandemia, pero quedan desafíos para romper la brecha.
Hace algunas semanas, María Angélica, la misma que fue discriminada por "tener un proveedor", ahora fue mencionada como directora del Institución de Cooperación.
"Tengan fe. Nosotras somos capaces de dar vuelta todo", contó.
A pesar de quizás tener todo en contra, son varias las mujeres las que levantan la voz, salen adelante y están dispuestas a ayudar a otras, para que estas y otras injusticias
se acaben de una vez por todas.