El ministro de Hacienda, Mario Marcel, se desmarcó del proyecto enviado por la oposición y argumentó los costos en materia económica para el país. La Iglesia Católica pide la aprobación de la iniciativa.
Un fuerte debate ha generado la apertura del comercio en Viernes Santo, pues empresas de retail como Falabella, Paris y Ripley anunciaron a sus trabajadores que, por primera vez, mantendrán abiertas sus tiendas ese día.
La medida desató la reacción inmediata de los sindicatos e, inclusive, la Iglesia Católica se mostró crítica con la decisión. A raíz de un proyecto de ley presentado por UDI y RN para declar feriado irrenunciable, desde el gobierno tomaron distancia ante el costo económico.
Aunque no hay una fecha confirmada, los diputados estiman tramitar este proyecto en una semana más en el Congreso, es decir, a la vuelta de la semana distrital.
Eso sí, el viernes 18 de abril y el sábado 19 de abril sí son feriados, pero no irrenunciables, por lo que el comercio y otros empleos puedes abrir sus puertas, como será en este caso de momento.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, reaccionó a la idea de declarar Viernes Santo como feriado irrenunciable y apeló a las consecuencias que tendría en la economía.
"Chile ya es un país que tiene un número de feriados que son considerablemente superior al que tienen otros países", argumentó la semana pasada en la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Allí consideró "el costo económico, el costo de empleo y el costo en crecimiento". Sin embargo, su homóloga de Trabajo, Jeannette Jara, instó a abogar por el día libre para los empleados.
"Nos gustaría que este día de descanso se mantuviera para los trabajadores y que no fuera solamente para algunos", declaró. "Pareciera que a algunos les importa más el amor al dinero que el amor por sus creencias religiosas", agregó.
Desde la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) advirtieron que en los feriados obligatorios las ventas caen aproximadamente "en un 80% frente a un día normal". Este año, por ejemplo, aseguraron que los ocho irrenunciables dejarían pérdidas de US$1.300 millones para el comercio.
En cuanto al Viernes Santo, la entidad estima un costo de entre US$170 millones y US$120 millones, poniendo especial énfasos en la llegada estimada de “200 mil turistas argentinos en abril, la mayoría de ellos con intención de hacer compras los días de Semana Santa”.
Fue el pasado 26 de marzo cuando ambos partidos de oposición, RN y UDI, anunciaron la presentación de un proyecto de ley para que ese día sea considerado feriado irrenunciable.
"Una economía solo funciona bien en la medida en que las familias y las comunidades están fortalecidas están fortalecidas", dijo el diputado Diego Schalper (RN). "Chile es un país de tradición cristiana. (...) queremos fortalecer esa tradición", declaró el diputado Gustavo Benavente (UDI).
Mediante una carta, el cardenal Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago, pidió al comercio no abrir el próximo 18 de abril, donde junto con destacar el rol de las empresas para el país, enfatizó la relevancia de considerar los "valores" que "nos unen" como sociedad.
"Hago un llamado a que los responsables del retail no abran ese día. Con esa decisión demostrarán magnanimidad, amor a Chile y sus tradiciones (...) sobre todo respeto a la fe de millones de personas que quieren celebrar con recogimiento", declaró.
Finalmente, trabajadores del comercio y retail entregaron el jueves pasado una carta en el Palacio de La Moneda para pedir que el presidente Gabriel Boric patrocine el proyecto de ley antes mencionado.
"Es una medida que busca proteger los derechos de los trabajadores, así como también la objeción de culto, que es un derecho que permite a las personas no realizar determinadas actividades o cumplir con ciertas obligaciones que van en contra de sus creencias o prácticas religiosas", declararon en la misiva.