"In-Yun": El místico concepto de "Past Lives" que da vuelta la idea del amor a primera vista
Las vidas pasadas y la ausencia de casualidad en las interacciones que acumulamos a lo largo de la vidas, son premisas que definen la nominada a Mejor Película en los Oscar 2024.
Publicado por catamarchant
El amor romántico en el cine es una construcción y deconstrucción en constante diálogo con la realidad. Un vaivén que la películaPast Lives aborda desde la intimidad y con una creencia milenaria que ahora fue descubierta por el mundo: El "In-Yun".
Nora Moon (Greta Lee) es la protagonista de la cinta dirigida por Celine Song y que corre como candidata a ganar el Oscar 2024 a Mejor Película y Mejor Guion Original.
Una historia para ver con el corazón dispuesto a entender la desazón de la racionalidad y a contentarse con la posibilidad de que, si no es ahora, no significa que no ocurra nunca.
El concepto de In-Yun: ¿Qué es?
Na-Young es el nombre que Nora ocupaba cuando vivía en su natal Corea del Sur, pero a los 12 años emigró con su familia a Canadá en búsqueda de mejores oportunidades. O como dijo ella, porque "en Corea nadie gana el Premio Nobel".
Dejando atrás sus vidas y adaptándose literalmente a esta nueva identidad, también quedó en el "olvido" -o eso creía- su especial amistad con Hae-Sung (Yoo Tae-o), quien podría denominarse su primer amor o uno de sus "In-Yun".
Para entender este concepto coreano, nos adelantamos varios años en la historia de Past Lives, cuando Nora ya era una escritora y comenzó a vivir en Nueva York. En esa ambiciosa búsqueda profesional llegó a una residencia para artistas en Montauk y allí conoció a Arthur, su futuro esposo.
Cuando la conexión entre ambos era inevitable, Nora habló por primera vez sobre esta tradición coreana y se lo explicó a Arthur de la siguiente manera:
"Hay una palabra en coreano, 'In-Yun' (o In-Yeon). Significa providencia, o mejor dicho, destino. Cuando dos personas contraen matrimonio, se dice que es porque han acumulado 8 mil capas de 'In-Yun' en 8.000 vidas diferentes", explicó.
Un roce con un desconocido en el Metro o una mirada con alguien que va caminando por la vereda del frente, serían interacciones suficientes para saber que hay un grado de In-Yun con la otra persona.
Pero acá viene lo más importante del concepto: Más allá de que exista o no una conexión de vidas pasadas, eso no significa que lo mismo deba ocurrir en el presente. Pueden ser relaciones que no siempre culminen con romance o que, tal vez, nunca se tome conciencia de todas ellas.
El "In-Yun" entre Nora, Arthur y Hae-Sung: ¿Estaban destinados?
Si bien la explicación de este concepto sucedió en un contexto de evidente coqueteo entre Nora y Arthur, la aplicación éste no sólo se configuró entre ellos dos.
Como era de prever, había un tercero en esta relación: Hae-Sung. Pero no se trataba de una infidelidad, si no, más bien, una mezcla de emocionalidades que los llevó a tejer una triada compleja, incómoda y muy real.
El primer "In-Yun" que apareció en la película es el de los amigos de la infancia que lograron explorar el amor por primera vez bajo la mirada inocente de la niñez.
Pero el quiebre evidente llegó cuando ella abandonó el país y se radicó en otro continente, al otro lado del mundo.
Mediante una trivialidad facilitada por las redes sociales, Nora se pudo percatar que, 12 años después, su otrora mejor amigo la buscó por Facebook. Así retomaron el contacto de una manera intensa, tanto así, que para el público se hace evidente este complejo vínculo a distancia.
Las conversaciones por Skype fluyeron, al igual que sus sueños individuales que separaron aún más sus caminos: Él en Seúl, ella en Nueva York.
La escritora decidió cortar la comunicación por un año y retomarla cuando ambos pudieran encontrarse en la ciudad que fuera. Pero algo pasa entremedio: Nora conoció a Arthur y se casaron; mientras que Hae-Sung inició otro noviazgo.
Hasta allí, el In-Yun sólo se hizo evidente para la protagonista en su matrimonio; pero 12 años después de hablar por última vez con su amigo de la infancia, él le avisó que iría a Nueva York. Transcurrieron 24 años para volver a verse en persona.
Las risas nerviosas, los abrazos y las miradas entre ambos, sólo aumentaron la ansiedad por saber qué ocurriría con esta "historia de amor" de la infancia.
Pero no es sino hasta el término de esa velada, con el regreso de Nora a casa junto a Arthur que ella asumió el segundo In-Yun latente en su vida: "Tenías razón, él viajó para verme a mí".
Amor romántico: La deconstrucción de la dualidad
Aceptando esta realidad y digiriendo los sentimientos que tiene por su esposo Arthur, mezclados también con la nostalgia que la invade con su amigo, Nora finalmente decidió que ambos se conocieran para poner las cartas sobre la mesa.
"¿Él sabe sobre mí?", le preguntó Hae-Sung nervioso antes de conocer al marido de su amor de infancia. Ella respondió que sí. Una calma que segundos después se contradijo con la expresión física de Arthur, quien nervioso esperó en el comedor la llegada de esta pareja de amigos.
El inglés básico de Hae-Sung y su humildad ante este encuentro llevó a que Arthur bajara sus defensas y le diera un recibimiento cálido, sorprendiendo con palabras en coreano.
Esta interacción tan básica y humana terminó por coronar una premisa que rompe con la prehistórica creencia de que amor es control "sobre un otro", apartando los celos y el egoísmo, para finalmente privilegiar lo que de verdad importa, el genuino amor.
Misma situación que se ahondó cuando los tres acudieron a un bar. Debido a las barreras del lenguaje, Nora y Hae-Sung entablaron una conversación incomprensible para Arthur. Pero por más incómodo que fuera, él cedió su espacio y dejó que lo evidente fluyera.
Una decisión que en un comienzo no fue fácil para el occidental, ya que apenas ocurrió el reencuentro entre su pareja y el amigo de infancia, no dudó en expresar sus miedos a sus esposa.
En ese momento, ambos mantuvieron una conversación en dónde no sólo Arthur confesó sus aprehensiones sobre esta nueva experiencia, sino que además permitió que el personaje de Greta Lee reafirmara sus decisiones: "Estoy donde tengo que estar".
Esta aseveración reflejó el pensamiento de la protagonista a lo largo de la película: Poner en primer plano sus esfuerzos, proyectos y sueños. Construir día a día, decisión por decisión, lo que quería en su vida, y no mirar hacia atrás, por más que exista el In-Yun.
Mientras que Arthur, en la confianza de conocer realmente a Nora, se entregó a este entramado que jamás imaginó y que asumió desde el rol que correspondía como compañero elegido.
Solo así podemos comprender porqué secó las lágrimas de su esposa tras la despedida que tuvo con Hae-Sung una vez que éste se fue en paz de Nueva York.