El comunicador fue despedido de TVN tras el reprochable comportamiento que tuvo con la comediante sin su previo consentimiento. En entrevista con Las Últimas Noticias, confesó estar arrepentido y criticó la manera en que fue desvinculado del canal.
Esta semana, Arturo Walden, mejor conocido como
Kiwi, fue
despedido de sus labores como notero en el
Festival de Viña tras besar a
Pamela Leiva sin su previo consentimiento en un despacho en directo para televisión.
“Tuve muchas ganas de irme,
pero no quise que esto empañe todo lo que estoy viviendo. No quería que esto sea la noticia,
no quiero que se hable de esto y empañe lo que estoy viviendo”, expresó la afectada en una transmisión de
Instagram.
Ahora, tras abandonar TVN, fue el mismo comunicador quien se refirió al incidente. "Yo respeto mucho a las mujeres. Tengo una hija, tengo pareja.
Jamás he acostado ni me he sobrepasado con una mujer, estoy arrepentido", dijo en conversación con
Las Últimas Noticias.
Asimismo, entregó
detalles sobre su desvinculación de la estación y aseguró que no se llevó a cabo de la mejor manera. "Ni siquiera me preguntaron cómo me sentía.
Fueron injustos, no me lo merecía", sostuvo en el periódico.
"Me ignoraron un día entero"
En detalle, Kiwi comenzó revelando que apenas ocurrió el cuestionado momento
le ofreció sus disculpas a la comediante. "Cuando terminó el despachó
le volví a pedir disculpas y Pamela me dijo que todo estaba bien. Nos quedamos conversando un rato", afirmó.
Sin embargo, tras entrevistar a
Diego Urrutia al día siguiente, quiso adelantar trabajo y
desde el canal le recomendaron no hacerlo. "Me llamó una productora y me dijo que
no era necesario que en la noche fuera a la Quinta Vergara, que aprovechara de descansar".
Luego, el miércoles, contó que lo llamaron y
le dijeron que no saliera a hacer móviles puesto que
lo "querían proteger porque había críticas" por su comportamiento del lunes.
"Quedé triste", señaló.
Finalmente, ese mismo día
le comunicaron su despido al tener su contrato sobre la mesa durante una reunión. "Tenía ganas de llorar (...)
Me ignoraron un día entero y luego me despidieron así. Fueron rascas. Ni siquiera me preguntaron cómo me sentía", sentenció el periodista en el citado medio.