El presidente de la Asociación de Exportadores y Manufacturas (Asexma), en conversación con CHV Noticias, se refirió a la polémica por regalar una muñeca inflable a un ministro, recordó a su familia y habló de la enfermedad que lo aqueja.
Es considerado uno de los empresarios más importantes de Chile, dirigente gremial con una creatividad innata que lo ha hecho pasar más de un momento incómodo.
Roberto Luis Fantuzzi Hernández (75), presidente de la Asociación de Exportadores y Manufacturas (Asexma), causó polémica en diciembre de 2016 por regalar una muñeca inflable al entonces ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, con el fin de “estimular la economía”.
Hoy, a más de tres años desde ese episodio, reconoció que el gesto “fue un desastre”. “Me causó un problema con mi señora, no me habló por dos meses. Aprendí una gran lección. En esa oportunidad el padre Felipe Berríos me dice ‘te equivocaste en la época, eso no se puede decir hoy día’ y definitivamente yo estaba equivocado”, afirmó.
Roberto Fantuzzi vive la vida con pasión, la misma que heredó de su familia italiana donde aprendió a ser empresario junto a su padre y a su hermano Ángel, que se dedicaron a la fabricación de aluminio. Quizás, por lo mismo, le dolió cuando escuchó al presidente Piñera decir que los empresarios buscaban su beneficio personal.
“Me sentí ofendido, porque no es mi generación, pero se me vino a la mente mi papá, quien se sacaba la cresta (…) no me vengan a decir que los intereses del mundo empresarial no son los intereses de Chile”, sostuvo. Por esta razón, se emociona al recordar a su padre, el mismo que aparece en esta fotografía que también tiene en su oficina.
Lee también: Simran Moolchandaney la joven medallista de esgrima y puntaje nacional PSUAunque le cuesta reconocerlo, esta sensibilidad también se debe al difícil momento que enfrenta luego una dermatóloga detectara -por casualidad- que tenía cáncer de próstata en etapa cuatro. Pese a que en un primer momento quiso ignorar la enfermedad, ahora está en tratamiento.
No obstante, Roberto no se deja abatir y su ánimo está intacto. Si bien reconoce que se cansa más rápido, se sigue levantando a las 5:50 de la mañana, es un twittero activo con más de 60 mil seguidores, le encanta almorzar en el barrio Franklin donde busca antigüedades y su agenda está copada.
“Trato de hacer todos los días distintos y modernizarme. Los 75 años los sentí recién”, añadió.
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“Lo encuentro extraordinario. Si fuera millennial haría exactamente lo mismo, porque después de dos años yo no puedo agregar mucho a esa empresa”, agregó.
Un súper chileno que deja huella por donde pasa, busca hacer las cosas de otra manera distinta y remover conciencias, especialmente de los empresarios para que miren el mundo de una forma diferente.