Dada por terminada la temporada de uvas, la madre de un niño de 2 años y medio espera poder regresar a La Paz, su ciudad de origen, luego de haber pasado por un difícil camino en el que tuvo que gastar todo lo que había logrado ganar durante meses.
Cerca de 750 personas se encuentran acampando frente al consulado de Bolivia a la espera de soluciones para ser repatriadas. Hombres, mujeres, familias, niños y niñas, todos ellos viviendo el frío que esta semana ha reinado en la capital.
Con ollas calientan agua para repartir y puedan tomar un té o café para calentar el cuerpo. Pero nada es suficiente para superar los 8°C que se esperan, sin contar las precipitaciones anunciadas.
Una mujer que trabaja como temporera en nuestro país durante la cosecha de uvas carga a su hijo de dos años y medio en la espalda por los barrios de Providencia, esperando que el gobierno boliviano entregue alguna posibilidad de retornar a sus compatriotas.
Lee también: "En un día fallecieron dos señoras": Cuidadoras piden ayuda en hogar con 12 abuelitos contagiados con COVID-19"Hace un mes ya estamos sin trabajo. Se acabó la temporada de uva. Y con esta pandemia no nos quieren recibir en otros lados, en ningún lado hay trabajo. Por esa razón estamos en este lugar, queremos volver a Bolivia, a nuestra casa", dijo la mujer.
Todo lo que lograron ganar durante esta difícil temporada de cosechas lo han tenido que destinar a la sobrevivencia, al menos hasta que pueda volver a La Paz, su ciudad de origen. "Ya no tenemos recursos, por eso vinimos. Ya no se puede vivir así", agregó.
De no presentarse alguna solución inmediata, esta noche la pasará en una carpa cerca del edificio consular. Uno de los ciudadanos de Bolivia que ha ejercido como vocero durante las últimas horas aseguró que entre los centenares de compatriotas que se encuentran durmiendo a intemperie hay niños y niñas que van desde los 3 meses hasta los 5 años.
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