Luego de los ataques a las estaciones del Metro de Santiago y los desmanes provocados a propiedad pública y privada, el presidente Sebastián Piñera firmó la noche del viernes 18 de octubre un decreto que estableció el estado de emergencia para las provincias de Santiago y más tarde para otras localidades del país.
La medida hizo que miles de uniformados se desplegaran por las calles desde la madrugada del sábado 19 de octubre con el objetivo de restablecer el orden.
Ese mismo sábado, el general Javier Iturriaga del Campo, jefe de la Defensa Nacional, decretó toque de queda en la capital, sumándose más adelante otras regiones de Chile.
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El despliegue de más de 28 mil soldados y carabineros generó enfrentamientos con los manifestantes, quienes acusan abusos de poder, detenciones ilegales y violaciones a los derechos humanos.
En ese sentido, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), en su reporte actualizado, indica que a nivel nacional se han registrado 3.193 detenidos y 1.092 heridos. De estos últimos, 546 presentan lesiones por armas de fuego, 24 por heridas provocadas por balines y 126 personas tienen heridas oculares.
La entidad indica además que, hasta ahora, se han presentado 88 acciones judiciales por delitos atribuidos a agentes del Estado. Entre ellas, 5 querellas por homicidio y 17 por violencia sexual.
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"El Ejército no estaba preparado para un evento tan repentino"
Tras más de una semana de manifestaciones, la especialista en comportamiento humano, Guillermina Guzmán, señala que "el miedo ante lo que el otro me pueda hacer cuando me reprime hace que yo me defienda y aflora la ira".
Según el coronel retirado del Ejército, Jaime Poblete, "el Ejército no estaba preparado para un evento tan repentino como sucedió, pero la preparación en la organización de la fuerza siempre está". "En cinco días estresantes fuera, también deben tener algún problema de cómo continúo con el ímpetu de hacer esta tarea tan difícil", agrega.
CHV Noticias conversó con algunos de los uniformados que se encontraban en las calles y las declaraciones coincidieron en que están de acuerdo con la manifestación.
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"Por lo general, la gente nos echa la culpa a nosotros de las cosas que pasaron anteriormente y nosotros no tenemos nada que ver. Obviamente a mí me da lata porque también nosotros los apoyamos. Apoyamos a la gente, pero lo que no podemos apoyar nosotros son los desmanes, los destrozos, porque no es fácil para nosotros pegarle a una persona, si al final somos todos iguales", señaló uno de ellos.
Evidentemente emocionado, uno de los uniformados comentó que tiene tres hijos hace seis días que no los ve, debido al horario en que debe trabajar. "Mis hijos han sufrido amenazas, no los puedo mandar a clases", sentenció.
"Si me preguntas a mí donde quiero estar ahora, en mi casa con mi hijo, pero están en su derecho de manifestarse. No veo que estén peleando por nada absurdo. No es ningún secreto que como país estamos bien cagados", declaró otro de los entrevistados.
27/10/2019
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