8 pilotos de Conaf viajaron desde Chile para ayudar a combatir las llamas en la selva amazónica. CHV Noticias conversó con tres de ellos, aquí revelan las escenas desgarradoras de las que fueron testigos.
"Enfrentamos hasta 48 grados de temperatura con vientos de 70 kilómetros por hora. Eran las peores condiciones", relata Mario Corrales lo que vivió en Paraguay en plena selva amazónica.
Con más de 30 años de experiencia en incendios, este piloto chileno viajó a la zona de El Chaco junto a su jefe, Luis Basso, para ayudar en el combate del fuego. Una ayuda del gobierno chileno en medio de esta catástrofe ecológica de talla mundial.
"Ver cómo arde y sigue ardiendo y sigue ardiendo y tu exponiéndote en tus límites, en tus límites del avión, dentro de un marco de seguridad, por supuesto es frustrante", relata Corrales.
Los pilotos viajaron en el avión Airtractor 802 F, cuya capacidad de descarga es de 3.100 litros de agua. Al día, detallan, realizaban entre 20 y 25 lanzamientos de agua en turnos que comenzaban a las seis de la mañana.
"La verdad es que es una joyita (el avión). Volábamos dos pilotos hasta la zona del incendio aproximadamente dos horas de vuelo. Allá se bajaba uno de los pilotos, descargábamos los bolsos y el otro piloto continuaba volando por dos horas más en el incendio. Recién después de cuatro horas totales de vuelo parábamos a hacer combustible", nos cuenta Basso, jefe de Pilotos de Operaciones Aéreas de Conaf.
En un comienzo, recuerda Mario, la urgencia era viajar hacia Brasil, pero luego las prioridades cambiaron. La necesidad más inmediata estaba en El Chaco en Paraguay, donde más de 300 mil hectáreas han sido consumidas por las llamas. El viaje se extendió por más de 30 días, tiempo en que el que les tocó presenciar escenas desgarradoras.
Lee también: Antes y después: La impactante imagen que da cuenta de cómo ha avanzado la sequía en los últimos 6 años en Chile"Creo que lo más crudo fue ver cómo se morían los animales de la gente. Nos tocó salvar una casa y pudimos salvar la casa pero no los animalitos del señor, entonces eso te hace sentir mal", afirma Basso.
El trabajo se realizaba muy cerca de la frontera con Bolivia, país que ya registra más de 4 millones de hectáreas perdidas. Las descargas de agua en el lado paraguayo se realizaban de forma diaria y de manera muy eficiente a través de un computador que regulaba la apertura de la compuerta de forma automática y permitía flujos constantes de agua. Aunque debido a las condiciones climáticas, no todos los días era posible despegar.
"El humo hacía que la visibilidad también se redujera, entonces hubo un par de días que tuvimos que quedarnos en el suelo, en la pista donde íbamos en el chaco, porque simplemente no se podía ni despegar, no se veían los árboles del fondo de la pista. Entonces ya no puedes hacer nada", declaró Basso.
Junto a estos dos chilenos, un piloto argentino de Conaf también viajó. José Ignacio Caminos tenía la misión de ir a la selva brasileña, era el único de la formación que tuvo ese destino por 10 días. Su trabajo también incluyó coordinar los equipos de ese país que salían desde la base aérea Cachimbo.
Lee también: Mapocho de color rojo: El repentino cambio de pigmentación del agua que preocupa a los vecinos"Se imaginarán, era una base aérea de la Fuerza Aérea Brasileña que la gente no tenía experiencia en el combate de incendios. Es una base plenamente militar, entonces se fue organizando todo, el tema de la gente, los recursos para apoyar a los aviones, el suministro de agua, el combustible, todo" relata José Ignacio Caminos.
Hace menos de 10 días estos 3 pilotos volvieron a nuestro país a seguir en su labores. Aunque aseguran que el trabajo fue arduo, están conformes con la ayuda que lograron entregar, pero recalcan que aún queda mucho trabajo por delante.
"No somos la salvación, somos un aporte a esta operación, esto es un trabajo en conjunto", declaró Corrales. A lo que Basso agrega: "tenemos una sola casa donde vivir y es este planeta y lo estamos echando a perder".