"Fue súper fuerte, de estar una niña sana a llegar a un ventilador", cuenta Violeta, quien tras superar el coronavirus comenzó a ver que su hija presentaba malestares y fiebre alta. Eventualmente supo que tenía Síndrome Multisistémico Inflamatorio Pediátrico.
"Es una angustia que no sabría cómo explicar. Fue súper fuerte, de estar una niña sana a llegar a un ventilador", cuenta Violeta, quien tras tener coronavirus vio cómo Isidora, su hija, comenzaba a tener problemas de salud.
Hoy está más tranquila, pero su angustia es la que ya decenas de padres han vivido al ver sus hijos e hijas sufrir los embates del Síndrome Multisistémico Inflamatorio Pediátrico (PIMS, por su sigla en inglés), cuadro que recién se está identificando y que corresponde a una reacción inflamatoria generalizada en niños.
En el caso de Isidora, la reacción en su cuerpo comenzó tres semanas después de que su madre tuviera COVID-19. "Al cuarto o quinto día me empezó a doler la guatita. Me dolía mucho y no me podía parar de la cama", cuenta la niña.
Violeta asegura que notó que Isidora presentaba fiebre alta, superior a los 39°C, y que ni la ingesta de paracetamol o ibuprofeno alivianaban el dolor. "Pensamos que podía ser una apendicitis, porque ella también vomitó. Fueron horas en que prácticamente cayó grave", agrega la madre.
Algunos síntomas del PIMS son el enrojecimiento de ojos, ronchas en la piel, fiebre y dolor abdominal.
Lee también: La Florida: Vecinos rechazan que polideportivo se convierta en "morgue de paso"La doctora Marcela Concha, pediatra de la Clínica Indisa, explica que este cuadro no está relacionado directamente al COVID-19, sino que es posterior a la enfermedad. "Hasta después de dos meses puede aparecer", añade la especialista.
El doctor Rodolfo Villena, por su parte, agrega que el PIMS tiende a presentarse en un paciente en un lapso de cinco días hasta que ya comienza a presentar hinchazón en su cuerpo. Además, asegura que esto no ocurre en niños pequeños, sino en aquellos que van desde los 7 a los 12 años. "Lo que ha sido distintivo es el dolor abdominal, que ha sido persistente y progresivo, que se va incrementando, que se confunde incluso con una apendicitis".
Desde que se detectó la enfermedad en Chile, a mediados de mayo, se han identificado 70 casos. A pesar de su gravedad, no se han lamentado víctimas fatales.
Tras la dura experiencia, hoy Isidora y su madre están juntas y a salvo, al mismo tiempo que extienden el llamado a estar alertas ante este síndrome inflamatorio, enfermedad post infección que derriba el mito de la supuesta inmunidad de los niños frente a los efectos del COVID-19.
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