La familia de los menores acudieron a la justicia luego que las autoridades de la escuela y la Corporación Municipal de Castro no entregaran soluciones ante estas agresiones. "Ni toda la plata del mundo me va a devolver todo lo que sufrieron mis hijos", plantea la madre de los afectados.
Dos niños vivieron una pesadilla durante su paso por la escuela. Primero fue una pequeña, quien le advirtió a su madre lo que le pasaba al ser hostigada por uno de sus compañeros. "Él empezó a agredirla, empezó a botarle los cuadernos, a empujarle la silla, le empezó a decir cosas muy feas en el oído", cuenta Eva Santana. Todo comenzó en 2014, y pese a los reclamos, las agresiones no pararon y al año siguiente la situación empeoró, ya que el hermano de la niña también fue víctima de bullying por parte del mismo menor. El abogado de la familia indica que recurrieron las autoridades del colegio y de la Municipalidad de Castro para dar cuenta de la situación, sin tener soluciones. Por ello, acudieron a la justicia en 2017. Ésta ordenó en primera instancia que la Corporación Municipal de Castro, sostenedora del colegio, pagara $9 millones por daño moral. Un fallo al que la entidad apeló y la Corte de Apelaciones de Puerto Montt revocó la decisión. La familia llevó el caso a la Corte Suprema que entregó un inédito veredicto, determinando el pago de $30 millones como indemnización."La plata viene y va. Ni toda la plata del mundo me va a devolver todo lo que sufrieron mis hijos, lo que sufrimos como familia", concluye Santana.