¿Quién mató a
Anna Cook? Esta pregunta se repite constantemente en diversos murales del país, marchas feministas y, también, se ha proyectado en algunos edificios. Una interrogante que aún no tiene respuestas, ya que
la investigación en torno a su muerte ha tardado más del tiempo esperado.
Ana María Villarroel, nombre real de la
DJ declarada abiertamente lesbiana,
había estudiado diseño gráfico, pero su pasión estaba puesta en la música, disciplina a la que dedicaba todo su talento. Tanto así, que para buscar oportunidades en ese mundo se fue a vivir a
Alemania en 2016.
Al poco tiempo regresó hasta
Chile, donde su vida tuvo un giro inesperado.
El 2 de agosto del año 2017, Ana fue llevada sin vida por el hombre que le arrendaba una pieza en una casa ubicada en Providencia, al Hospital del Salvador.
Según los antecedentes recopilados por la investigación,
el arrendatario, quien hoy es imputado en la causa,
declaró ante la Fiscalía Oriente que ese fatídico día se levantó a las 06:00 para asistir a una cita agendada en una clínica dental, cuya hora de atención era a la 07:00.
Cuando regresó a la residencia donde ambos vivían, cerca de las 13:00 horas, comentó que
vio a la víctima durmiendo, eso parecía. Sin embargo, minutos después se percató que su estado era preocupante, motivo por el que, según él, decidió trasladarla hasta el
servicio de urgencias del recinto hospitalario, donde la ingresó por su nombre artístico,
Anna Cook.
Tras la declaración de los amigos de la DJ frente al
Ministerio Público, se ha podido recapitular que
la noche previa a esta situación, la mujer junto a sus amigos compartieron en su habitación hasta las 02:00. Al mismo
tiempo, en otro lugar de la casa, se encontraba el arrendatario con un amigo.
¿Qué sucedió con Anna Cook?
A más de cinco años desde que inició la investigación para descubrir
qué pasó aquella noche que terminó con Ana sin vida, la
abogada de la familia asegura que en este caso han existido serias deficiencias por parte de las instituciones que debían investigar su muerte, la Fiscalía, policías y el Servicio Médico Legal (SML).
La Policía de Investigaciones (PDI) habría llegado varias horas más tarde al lugar de los hechos. Sólo se habría periciado el dormitorio dónde habitaba la artista, el que, posteriormente, fue destruido, junto a la estructura del lugar.
Por otra parte, sus amigos dudan de la versión de quien le arrendaba la pieza, ya que
habría dicho que Ana estaba deprimida y que se trataba de un suicidio. Lo mismo ocurre con su madre, quien prefirió no participar de este reportaje por el dolor que le causa recordar el fallecimiento de su hija.
Asimismo, s
egún la declaración que prestó un funcionario del hospital meses después a la Fiscalía, Ana habría llegado al recinto con una lesión consistente en el cuello. Luego, su cuerpo fue enviado al SML para ejecutar la autopsia con hipótesis de muerte por paro cardiorrespiratorio, intoxicación por fármacos o drogas v/s acción de terceros.
A pesar de aquello,
la causa de muerte en la autopsia realizada al día siguiente fue "indeterminada en estudio". No consideraba la existencia de la equimosis cervical. Además, en el informe se revelaban otras lesiones relevantes: habían fracturas, tanto en las costillas derechas como en las izquierdas.
Dos meses después de su muerte,
el Servicio Médico Legal remitió el informe de examen bioquímico, donde la muestra del contenido bucal arrojó positivo para presencia de proteína P30, es decir, se detectaron restos de espermatozoides. Algo que no deja de llamar la atención, porque Anna Cook era abiertamente lesbiana.
Después de intentar realizar el comparativo de ADN,
el SML informó que en la muestra del contenido bucal sólo se pudo observar un perfil genético femenino. No se pudo comparar porque se agotó la muestra.
Es más, en 2019, este servicio público envió un complemento de autopsia, donde señalaron que no había lesiones profundas, y concluyeron que la muerte de Ana Villarroel se trató de una “intoxicación aguda medicamentosa asociada a consumo de drogas. Descartando así, a terceras personas”.
Por estas razones, a casi seis de años de su muerte, aún se torna complicado investigar qué ocurrió en la madrugada del 2 de agosto del 2017. De todas manera,
su madre, amigas y la comunidad LGTB+ no se detendrán, sea marchando o proyectando sus imágenes, hasta que se esclarezca la verdad.
Podría ser un lesbicidio
Por este caso han
pasado tres fiscales y, aún así, no hay resultados, sólo más interrogantes. En un principio, el Ministerio Público investigó por hallazgo de cadáver; luego por el delito de homicidio; y, en 2020, tras una querella interpuesta por la madre de Ana en contra del arrendatario y todo quienes resulten responsables, se comenzó a investigar por el delito de violación con homicidio.
De igual forma desde el Ministerio de la Mujer, al igual que la parte querellante, afirman que ha existido discriminación a la hora de investigar este caso. Además, se están analizando sumarse a las acciones legales interpuestas por la familia.
Esta determinación dependerá de
los resultados que arrojen los futuros peritajes, ya que,
en febrero pasado, tras la solicitud del Ministerio Público, el Servicio Médico Legal realizó la exhumación del cuerpo de Ana María Villarroel.
Esta diligencia es clave para esclarecer si existió o no participación de terceros en su muerte. Los resultados saldrán pronto y podrían resolver la enigmática muerte de Ana. Por su parte, la familia y amigas piensan que lo que ocurrió podría tratarse de un lesbicidio. Algunas apuntan al amigo del arrendatario.
El equipo de CHV Noticias conversó fuera de cámara con el arrendatario imputado, quien asegura que es inocente. También afirmó que la Fiscalía sólo lo llamó una vez a declarar en todos estos años, e incluso cinco meses después de que ocurrieron los hechos.
Por otro lado, tanto el Servicio Médico legal, como la Fiscalía Oriente, no quisieron participar en este reportaje.