Pasaron 4 años antes de que la Fiscalía pudiera presentar una acusación en contra de la doctora, luego de que falleciera una mujer que se operó con ella. "Se tuvieron que postergar algunas audiencias a las cuales ella derechamente no asistía", contó un abogado.
En septiembre de 2016, la médico cirujano María Fernanda Ayala Rojas practicó una cirugía de liposucción en un lugar no habilitado a una paciente de 30 años. Días después, la mujer murió. En marzo de este año, y mientras estaba formalizada por cuasi delito de homicidio, la misma doctora intervino también con fines estéticos y en un lugar no habilitado a otra paciente. Ese mismo día la mujer también murió. Tuvieron que pasar más de 4 años para que la Fiscalía pudiera presentar una acusación contra esta médico cirujano. "Se tuvieron que postergar algunas audiencias a las cuales ella derechamente no asistía, viajes al extranjero que se produjeron de parte de ella y luego solicitaba reprogramaciones, licencias médicas para inasistir a las audiencias", conto el abogado Ignacio Herrera. Durante todo ese tiempo, la doctora siguió ejerciendo, porque no hay ninguna norma que lo impida, practicando cirugías plásticas que nuevamente terminaron en la muerte de una paciente. "Si nosotros hubiéramos tenido la información de que ella estaba formalizada por otro caso anterior de otra chica, el primero que se opone soy yo. Mi señora estaría viva", afirmó Patricio Cornejo, marido de una de las víctimas.