En la segunda parte de un extenso reportaje de CHV Noticias sobre la crisis del sistema penitenciario chileno, abordamos la forma en que operan las organizaciones criminales dentro de los recintos y revelamos algunos de los delitos que cometen.
La ex Penitenciaría de Santiago tiene más de 170 años de historia y es el ícono de la precarización penitenciaria. Alberga hoy a más de 3.500 reos. Allí conviven bandas que en la calle son rivales, muchos condenados por ajustes de cuentas y homicidios por peleas territoriales entre narcos. "No basta con la encarcelación para pensar o creer que la labor de la banda criminal se inhibe o finaliza. Creemos que sigue claramente funcionando desde el interior de los penales. Hemos tenido eventos bastante violentos, con resultados de muerte incluso, en los que bandas rivales se han agredido a mansalva", afirmó el coronel Álvaro Rivera, alcaide (s) del CDP Santiago Sur. La añosa infraestructura no permite segregar. Cohabitan cientos de reclusos separados en calles y galería, con el único criterio de evitar que las pugnas que traen desde la calle, deriven en conflictos tras los muros. El capellán de Gendarmería Luis Roblero asegura que "el barrio y la cárcel están íntimamente conectados. Un ajuste de cuentas en la calle se traduce en un ajuste de cuentas dentro".