Tal como decía la canción de “Los Prisioneros”, ciertos apellidos se repiten en los puestos de poder por encima de aquellos que aparecen más frecuentemente en los carnets de los chilenos, como Díaz, Soto, Rojas y Flores.
¿Cree usted que el apellido en Chile es determinante para acceder a mejores puestos de trabajo, cúpulas de poder e, incluso, el Congreso Nacional?
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Pues bien, si hasta ahora no lo sabíamos claramente, una investigación determinó que ciertos apellidos predominan por sobre los miles de Rojas, Flores, Soto y Díaz que pululan por esta ancha y angosta faja de tierra, sobre todo a la hora de legislar.
#AlertaCIPER Por qué los Larraínes prosperan y dirigen… y los González mucho menos https://t.co/tfPi18ojmD pic.twitter.com/iwVbUsnk59— CIPER Chile (@ciper) January 14, 2019
Un artículo publicado por CIPER Chile, analizó en profundidad los datos extraídos de la ponencia “Los González y los Larraín en el Congreso chileno (1810-2018)”, presentada por el sociólogo Naim Bro Khomasi en la conferencia sobre concentración de la riqueza organizada por el Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social (COES).
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Los antecedentes se enfocan en la presencia histórica que los Larraín y los González han tenido en el poder legislativo durante nuestra historia republicana, abarcando la presencia de ambos apellidos en el Congreso desde 1810 hasta 2018, pero al mismo tiempo la gran barrera que existe entre ambos.
¿Qué dicen las conclusiones? Según destacó CIPER, ha habido la misma cantidad de parlamentarios Larraín (107) que González (110) durante este período. Pero según datos del Registro Civil, González es el apellido que más chilenos comparten con un total de 411.000 personas. En cambio, solo hay 4.300 Larraínes, lo que implica un Larraín por cada 100 González.
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De acuerdo con el artículo, “el punto es que el talento y el trabajo duro pueden explicar el éxito de uno, dos, diez Larraínes, pero no logran explicar cómo y por qué ese apellido prospera generación tras generación por 200 años. Sobre todo, cuando ese dominio parece ir de la mano de la menor figuración de apellidos masivos”, como González, por ejemplo.