Muchos países han declarado que este tipo de prácticas ya no son una actividad económica válida o necesaria para las investigaciones científicas.
Japón anunció que se retirará de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) el próximo año y que reanudará la caza comercial en aguas territoriales y zonas económicas exclusivas a partir de julio.
También cesará las actividades balleneras en el Océano Antártico, según un comunicado oficial difundido el miércoles, y cazará especies con los llamados números de población "sana".
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"En su larga historia, Japón ha utilizado a las ballenas no solo como fuente de proteínas sino también para una variedad de otros propósitos", dice el comunicado. "La participación en la caza de ballenas ha ayudado a las comunidades locales y, por lo tanto, ha desarrollado la vida y la cultura del uso de las ballenas".
La decisión de reanudar la cacería comercial de ballenas generó críticas de grupos de conservación y otros gobiernos.
"La declaración de hoy no concuerda con la comunidad internacional, ni mucho menos con la protección necesaria para salvaguardar el futuro de nuestros océanos y estas majestuosas criaturas", dijo Sam Annesley, director ejecutivo de Greenpeace Japón. "El gobierno de Japón debe actuar urgentemente para conservar los ecosistemas marinos, en lugar de reanudar la caza comercial de ballenas".
Australia calificó de "lamentable" la decisión de Japón de retirarse de la CBI e instó al país a regresar al acuerdo como una "cuestión de prioridad", según un comunicado publicado el miércoles.
La cacería comercial de ballenas fue prohibida en virtud de una moratoria de la Comisión Ballenera Internacional de 1986. Pero Japón ha utilizado un vacío legal para continuar cazando ballenas legalmente desde 1987 para lo que afirma es investigación científica.
Islandia y Noruega se oponen a la moratoria y continúan cazando ballenas comercialmente sin depender de la ciencia como excusa.
En septiembre de 2018, la mayoría de los países miembros en el simposio anual de la CBI en Brasil aprobaron una resolución no vinculante que declaraba que la caza comercial de ballenas ya no era una actividad económica válida o necesaria para la investigación científica.
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Aunque la clase política japonesa ha buscado la reanudación de las actividades comerciales de la caza de ballenas, los activistas dicen que comer ballena se está volviendo "cada vez menos popular".
"En realidad, muchas personas (normales) no tienen interés en las ballenas ni en la caza de ballenas en Japón", declaró a CNN Nanami Kurasawa de la organización Iruka y Kujira Action Network (IKAN).