La presentación del maestro de la canción brasileña y sus hijos supo combinar la intimidad del hogar con la experiencia de saber dar vida a un espectáculo apto para todo público.
Uno de los inconvenientes de todo festival, aquí o en cualquier parte del mundo, es la posibilidad de perderse un buen show por culpa de un choque de horario entre varios artistas. Esto hizo que muchos asistentes a la primera jornada del Lollapalooza Chile se perdieran parte de la presentación que realizó Caetano Veloso y sus hijos Moreno, Zeca y Tom, privilegiando el electrizante debut de Jorja Smith en el país.
Puntualmente a las 19 horas, los cuatro músicos se hicieron presentes en el íntimo escenario del Lotus Stage, que en esos minutos acogía a cerca de 400 privilegiados. Cada uno en su respectiva silla y con un par de instrumentos, la familia Veloso arremetió de lleno con un clásico, “Baby, que hizo que muchos que estaban cerca del lugar corrieran para hacerse de un puesto.
Lee también: Demoledor: El sismo que provocó Kendrick Lamar en el LollapaloozaCaetano hizo gala de su simpatía para ser una especie de maestro de ceremonias del show, abriendo las puertas de su hogar al público y compartiendo historias de su carrera y sus hijos con un español perfecto. En un espectáculo de ocho manos, la familia Veloso se fue paseando entre guitarras, bajos y hasta algunos instrumentos particulares usados por Moreno: dos lijas de madera y un plato de loza.
Además de cantar las emblemáticas canciones de su padre, los hijos de Caetano también mostraron algunas de sus composiciones, entre las que destacaron las interpretadas por Zeca junto a un piano eléctrico y con su privilegiada voz.
Lee también: Gianluca: "Obvio que se puede ser feminista y ser hombre, todos deberíamos ser feministas"Con un repertorio extenso (que incluyó gran parte de lo registrado en el álbum en vivo Ofertório) que sobrepasó la duración original del show, el público fue conquistado por el amor a la música profesada por los brasileños y casi no despegaron ojo de lo que sucedía en el escenario, dejando en el bolsillo los celulares. Una instancia en la que tener tan de cerca a Veloso cantando temas como O Leãozinho, Alexandrino, Oração ao tempo y Reconvexo difícilmente se repetirá en nuestro país.
How Beautiful Could A Being Be sirvió para cerrar la fiesta encabezada por Veloso y compañía, con el Lotus Stage ya repleto, quedando en el aire la sensación de haber visto no sólo un trozo de la historia, sino también haber sido parte de un espectáculo íntimo e interactivo en el que nadie sobró, casi en el living del hogar de los Veloso.