El ex ministro de Educación y Trabajo cuestionó las palabras del otrora mandatario, quien no expresó su posición a favor del Apruebo ni el Rechazo. "Me cuesta aceptar que pienses como equivalentes la Constitución de 1980 y sus modificaciones, y esta nueva Constitución", declaró.
Las palabras del ex presidente Ricardo Lagos continúan generando sismos en la esfera política, en medio del proceso constituyente.
El otrora mandatario indicó el martes 5 de julio, un día después de que la Convención Constitucional entregara su propuesta al presidente Gabriel Boric, que "las dos alternativas en juego están lejos de convocar a la gran mayoría”, en relación al Apruebo y Rechazo.
Han sido diversas las interpretaciones y respuestas que ha recibido el mensaje del jefe de Estado durante el 2000 y el 2006.
Y uno que se suma al debate es el ex candidato presidencial Jorge Arrate, quien le dedicó una carta publicada en El Mostrador, en la que criticó que no se haya alineado con el respaldo al trabajo de la Convención y cuestionó que pusiera al mismo nivel ambas opciones.
“Estimado ex Presidente, estimado Ricardo", comienza la misiva, en la que señala que "yo intento ser leal a aquello que ha definido mi transcurso político: soy socialista y allendista. Y el de nuestra generación política: luchar por un mundo más justo y humano".
Es por lo anterior que el ex ministro de Educación y Trabajo planteó que "pensé que tú, más allá de nuestras legítimas diferencias, procurarías algo semejante. Pero tus declaraciones recientes desmienten mi expectativa".
"Mi opinión no tiene influencia decisiva en el plebiscito próximo. Deberías abrirte a la posibilidad de que la tuya ya no sea muy importante. Ha emergido una nueva generación e intentar extender tu influencia es iluso y artificial", argumentó.
Junto a esto, destacó que "me cuesta aceptar que pienses como equivalentes la Constitución de 1980 y sus modificaciones y esta nueva Constitución, y los senderos que abren el Apruebo y el Rechazo. Desde ya la legitimidad democrática es incomparable".
"Mientras más hablas de lo que te ha llevado a adoptar tu postura, más te hundes en un marasmo de argumentos aberrantes", expresó el aspirante a La Moneda en 2009 por el conglomerado Juntos Podemos Más.
Finalmente, manifestó que "si gana el Apruebo, tu rol será aun menor de lo que ya es. Solo el Rechazo te daría la oportunidad de negociar con la derecha, una vez más, nuevos retoques a la Constitución pinochetista".
"Como rúbrica de una trayectoria política es indecorosa. ¡Qué pena, Ricardo!”, concluyó.
“Estimado ex Presidente, estimado Ricardo:
Los punteros del reloj siguen su curso y el tiempo corre sin que nada lo modere. Por eso las vidas demandan, al llegar a la última recta, como en nuestro caso, una rúbrica, en particular a quienes hicimos de los asuntos públicos una de las motivaciones principales de nuestra existencia.
Yo intento ser leal a aquello que ha definido mi transcurso político: soy socialista y allendista. Y el de nuestra generación política: luchar por un mundo más justo y humano. Pensé que tú, más allá de nuestras legítimas diferencias, procurarías algo semejante. Pero tus declaraciones recientes desmienten mi expectativa.
Mi opinión no tiene influencia decisiva en el plebiscito próximo. Deberías abrirte a la posibilidad de que la tuya ya no sea muy importante. Ha emergido una nueva generación e intentar extender tu influencia es iluso y artificial. El pasado nos hace morisquetas burlonas. A mí no me perturba demasiado, no pienso haber tenido siempre la razón. La política es un permanente ejercicio de conformación de voluntad mayoritaria en torno a un proyecto de sociedad. Tal vez el éxito es impulsarlo una y mil veces, a pesar de lo abrupto del camino, sin perder nunca el norte y sin necesariamente liderarlo. Nuestro activo es perseverar, nunca desertar.
Me cuesta aceptar que pienses como equivalentes la Constitución de 1980 y sus modificaciones y esta nueva Constitución, y los senderos que abren el Apruebo y el Rechazo. Desde ya la legitimidad democrática es incomparable. Por más que hayas estampado tu firma en reemplazo de la firma de Pinochet, la Constitución de 1980 no dejó de ser la Constitución del Estado subsidiario, binominal, centralizadora, ignorante de nuestra rica diversidad humana, despreocupada de la naturaleza, sin resguardo ni aseguramiento de derechos sociales y con un veto implícito para la derecha. En cambio, la nueva Constitución se hace cargo con decisión de los grandes problemas del país y es integradora y democrática.
Leo ahora tus últimas declaraciones. Mientras más hablas de lo que te ha llevado a adoptar tu postura, más te hundes en un marasmo de argumentos aberrantes. Algunos lo han dicho: tus expresiones dañan la opción transformadora y favorecen a la derecha. Pero quisiera ir más allá: si gana el Apruebo, tu rol será aun menor de lo que ya es. Solo el Rechazo te daría la oportunidad de negociar con la derecha, una vez más, nuevos retoques a la Constitución pinochetista.
Como rúbrica de una trayectoria política es indecorosa.
¡Qué pena, Ricardo!”