El victimario confesó el crimen y en su relato contó que el fallecido le dio un puñetazo y tomó un cuchillo. Posteriormente él se lo quitó y lo asesinó.
El asesinato ocurrió la noche del miércoles, en una propiedad rural cercana al municipio de Confresa, en el estado de Mato Grosso, en el centro de Brasil, durante una discusión por motivos políticos.
El autor del crimen, Rafael Silva de Oliveira, confesó haber asestado cerca de 15 puñaladas a la víctima, un compañero de trabajo, identificado como Benedito Cardoso dos Santos, según detalles ofrecidos por el comisario Víctor Oliveira, en declaraciones a periodistas.
De acuerdo con la confesión del autor del crimen, los dos hombres estaban hablando de política y la víctima le dio un puñetazo al bolsonarista, iniciando la pelea.
El seguidor de Lula tomó un cuchillo y el bolsonarista, después de arrebatárselo, le acuchilló en la espalda, en la cara y en el cuello, según su versión relatada por el comisario de Policía.
Después, el bolsonarista fue a un cobertizo a buscar un machete, con el que remató al seguidor del ex presidente con un golpe en el cuello.
Este es el segundo homicidio por motivos políticos que se conoce en Brasil en los últimos meses, en vísperas de las elecciones del 2 de octubre.
El pasado julio, un agente de prisiones seguidor de Bolsonaro asesinó a tiros a un militante del Partido de los Trabajadores (PT), formación de Lula, durante una fiesta de cumpleaños decorada con fotografías del líder progresista, celebrada en Foz de Iguazú.
Este crimen fue ampliamente condenado por autoridades, candidatos, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, que culparon del suceso al discurso de odio que promueven los grupos de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro.
Un magistrado del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, incluso pidió a Bolsonaro que se pronunciase de forma oficial en una acción judicial presentada por la oposición, que lo acusa de incitar la violencia política con sus discursos.
Bolsonaro, un firme impulsor de la liberación de la tenencia de armas, suele usar una retórica agresiva contra sus rivales políticos en sus discursos.
El pasado 7 de septiembre, durante un mitin multitudinario con motivo del bicentenario de la independencia de Brasil, Bolsonaro afirmó que "gente como Lula tiene que ser extirpada de la vida pública".
En la campaña electoral de 2018, en las que llegó al poder, fue más allá y aseguró que iría a "fusilar a todos los petistas", en alusión a los militantes del partido de Lula.