"No queremos perder nuestra personalidad, nuestras emociones, nuestra autenticidad", dicen desde la compañía que lanzó estas mascarillas personalizadas.
Pasear por la calle con mascarilla se ha convertido desde que comenzó la pandemia de COVID-19 en una práctica habitual, transformando a los ciudadanos en personas de rostros anónimos, irreconocibles y sin emociones.
Una empresa belga ha visto una oportunidad en tanta monotonía y ha lanzado el movimiento "se tú mismo", que promueve la idea de ser "auténtico", empezando por la mascarilla.
Lee también: Perú da termino a cuarentena nacional y pasará a una "focalizada"El objetivo va mucho más allá de vender el accesorio de moda, explican a Efe en una entrevista Annick De Geyter y Filip Bunkens, los creativos responsables de la idea. "No queremos perder nuestra personalidad, nuestras emociones, nuestra autenticidad. Por eso lanzamos #beyourself. Un movimiento que promueve el ser fiel a uno mismo en todas las circunstancias. Para poder conseguirlo en estos tiempos, desarrollamos en paralelo una máscara facial personalizada", dicen.
Lee también: Detienen a tres hombres en Irán por vender bebés en Instagram"Llevar una mascarilla puede plantear inconvenientes", explica por su parte Annick De Geyter, "no reconocemos a las personas, no podemos leer sus emociones en la cara, no inspira mucha seguridad".
Con la mascarilla que fabrican, un diseño realista realizado a partir de las fotografías que envía el cliente, buscan "encontrar una solución que resuelva esos problemas", añade. "Lo importante es romper el anonimato, poder mostrar las emociones, ser uno mismo", dice Bunkens.
La mascarilla personalizada, perfectamente adecuada a las facciones del interesado "se hace por encargo y se adapta como una segunda piel", explican los responsables de la empresa.
El proceso comienza cuando el cliente envía dos fotografías de su rostro, una de cara y otra de perfil. Se analiza la imagen, se mide la distancia de la nariz al mentón y se elige la medida para la mascarilla.
"Nosotros vamos a rediseñar toda la cara de manera vectorial. No es una fotografía impresa sino un dibujo (...) eso permite las pequeñas imperfecciones aceptadas y sigue siendo muy realista", añade De Geyter.