Camila Vallejo revela las profundas razones para no repostular y presenta a Daniela Serrano como su sucesora del D12 - Chilevisión
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21/08/2021 09:03

Camila Vallejo revela las profundas razones para no repostular y presenta a Daniela Serrano como su sucesora del D12

En entrevista exclusiva con CHV Noticias, la diputada del PC habló sobre su cercanía con la presidenta de las JJCC, dijo que no está en sus planes aspirar al Senado y realizó una autocrítica sobre sus ocho años en el Congreso. "He tenido errores comunicacionales que me han costado mucho superar", afirmó.

Publicado por pazarancibia
Son pasadas las 18:00 horas de un jueves marcado por los acontecimientos que dejó un sistema frontal que se registró en la zona centro sur del país. El olor a tierra mojada se sigue percibiendo en La Florida y aún quedan algunos charcos que se formaron tras la lluvia. 

La diputada comunista Camila Vallejo Dowling (33) posa para una sesión de fotos junto a la presidenta de las Juventudes Comunistas, Daniela Serrano Salazar (26). Ambas conversan y ríen paradas arriba de los columpios de una plaza de la comuna.

Las fotos terminan y deciden bajarse de los juegos infantiles. El fotógrafo de la parlamentaria se acerca para ayudarlas, pero Daniela decide saltar. Las risas no faltaron, ya que uno de sus pies terminó de lleno en el barro. Caminando hacia la sede distrital, ubicada en calle Colonial, la parlamentaria revela que Daniela será quien se presentará en las elecciones de noviembre para cubrir el cupo que deja como diputada en el distrito 12. 
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"Me veo reflejada en Dani"

Vallejo, quien resalta la importancia del recambio en el Congreso, asegura que para ella es importante “pasar la posta” a alguien en quien confía, en quien cree que puede seguir realizando un trabajo en base a lo que junto a su equipo ha estado haciendo durante ocho años. Es que la ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) no irá a la reelección para los próximos comicios, descartando así un tercer periodo parlamentario.  La noticia fue dada a conocer el pasado domingo en la tarde tras el Comité Central del Partido Comunista y aunque dice que le tomó por sorpresa que se hiciera pública ese mismo día, afirma que “fue bonito sentir ese cariño y fraternidad de parte de la gente”. 

—Muchas personas salieron a respaldarla, e incluso se convirtió en tendencia en Twitter ¿Cómo sintió ese apoyo?

—No sabía que iba a tener tanto apoyo. Ese domingo terminé el pleno del Comité Central. Estaba jugando un juego de mesa con mi hermano y mi pareja para relajarme y caché que ya estaba la noticia de que no iba a la reelección, lo cual me tomó de sorpresa. No sabía que se iba hacer público en ese momento y terminó el juego y al momento de irnos a acostar, me di cuenta que en redes estaba desatado el tema y fue muy bonito para mí, porque no esperaba esa reacción de la gente. Fue muy bonito ver comentarios de hombres y mujeres que decían que eran de los que me criticaban y dicen "ahora entiendo perfectamente lo que significó la lucha estudiantil". Me sentí muy respaldada por la gente.

Aunque se termina una era, dice que pretende dejar su cargo en buenas manos, las de una joven militante a quien conoce desde los inicios del movimiento estudiantil. “Es mujer, ex dirigente estudiantil, feminista, luchadora, joven, estaría entrando al Congreso más o menos a la misma edad que yo, y nos formamos en la misma escuela, en la de la alegre rebeldía. Entonces me da mucha esperanza y mucha confianza”, indica. “Yo me veo muy reflejada en ti”, le dice a Daniela mientras le dedica unas palabras de aliento por el nuevo desafío que busca tomar. Sentadas alrededor de la mesa de la sede distrital, intentando superar el frío del exterior con una estufa y mientras comparten té y galletas, pareciera que ambas vuelven en el tiempo y se transportan a ese ajetreado 2011. “Ambas éramos dirigentas, yo universitaria, ella secundaria”, recuerda la parlamentaria, relatando lo ocurrido aquel 4 de agosto, el día que denomina como el prólogo del 18 de octubre de 2019. “La Dani y yo estábamos en la Fech, que era una trinchera, porque Carabineros estaba tirando lacrimógenas hacia dentro, así que compartíamos limones”, rememora. “Ese día nos intentamos movilizar, pero ya estaba todo cercado”, continúa Daniela, explicando que los secundarios tomaron valor después del histórico tweet de Camila Vallejo en el que llama a movilizarse. 

“Estuvimos conversando sobre lo que íbamos a hacer. Estábamos en el Liceo 1 y llegamos caminando a las cercanías de la Fech, donde nos encontramos con la Camila, que se puso en la calle y empezó a llamar a toda la gente a que empezáramos a marchar. Ahí dije ‘acá está una de nuestras ídolas de la Jota, del partido'”, manifiesta. Cuenta que los estudiantes se resguardaron en las dependencias de la Fech, donde contaron más de 100 lacrimógenas: “Salíamos un rato a enfrentar a Carabineros y después entrábamos corriendo a respirar y después volvíamos a salir. Ahí estuvimos horas, hasta que cambió el piquete y dijimos ‘basta. Estamos cansados y volvemos mañana’”.
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"Creo que cierra un ciclo y que para mi desarrollo personal, profesional y político también es necesario abrirme a otros espacios"

El rostro de la protesta

Ver a Daniela es como ver a una joven Camila. La estudiante de Administración Pública en la Universidad de Chile tiene el mismo piercing en la nariz que lucía su compañera y comparten la intensa mirada que caracteriza a la diputada, quien adquirió notoriedad como líder cuando se transformó en una de las voces del movimiento estudiantil en 2011.  La parlamentaria se convirtió en uno de los símbolos de la protesta, recibiendo buena valoración por parte de la ciudadanía y llegando al Parlamento en 2013 para integrar una nueva generación de diputados que vendrían a cambiar la forma de hacer política. Antes de los 25 años, se titulaba de geógrafa, se convertía en madre primeriza y llegaba al Congreso Nacional como la diputada más joven. A ocho años de eso, la legisladora reconoce que fue un año complicado y que no sabe cómo tuvo la fuerza para hacerlo. “Al final uno llega a un momento en que dice ‘dale nomás’ y no piensas”, asegura, rememorando que hizo campaña hasta el último día, aún estando embarazada.  “El día en que me empezaron las contracciones yo estaba en un acto del aniversario del plebiscito en un parque y caminé tanto que me empezaron algunos calambres y en la noche empezaron contracciones. Al otro día yo ya estaba dando a luz. Ahí es cuando miras para atrás y te das cuenta que a veces somos capaces de muchas más cosas de las que creemos”, sostiene. Hoy, su hija tiene 7 años. La edad de la conciencia, dice, afirmando que la pequeña interpela casi políticamente su ausencia. Admite que aunque intenta aprovechar al máximo el poco tiempo que tiene con ella, es inevitable que sea consumido por su labor parlamentaria. “Me dice ‘mamá, yo entiendo que hay mucha gente que te necesita por tu trabajo, pero yo también te necesito’. Cuando tu hija te empieza a decir esas cosas, uno entiende que tiene que empezar a escucharla”, asevera. Por eso, dice que entre las razones para su decisión de no repostular al Congreso está el deseo de recuperar el tiempo perdido con su hija. Revela que lleva un par de años reflexionando en torno al tema, periodo en que se dio cuenta que pasó gran parte de su juventud “en primera línea”, luchando por las demandas sociales.  “No he parado y creo que en el Congreso, ya con ocho años de tarea legislativa, mi desarrollo, mis capacidades, mi entrega, llegaron a un punto de culminación. Creo que cierra un ciclo y que para mi desarrollo personal, profesional y político también es necesario abrirme a otros espacios, es bueno sentir que puedo hacer otras cosas”, afirma. “Mi decisión no fue fácil”, agrega. “Yo he vivido durante muchos años bajo mucha presión de lo que tengo que hacer, de los desafíos, con mochilas muy pesadas”. 

—¿Ahora se saca esa mochila? 

—En parte sí, pero siempre hay más desafíos. Estoy cerrando un ciclo y probablemente se están configurando los inicios de uno nuevo.

—¿De qué ciclo habla?

—Estoy abierta a muchas posibilidades. ¿Cuáles? No sé. Creo que va a venir un nuevo ciclo, pero no tengo un plan concreto. Estoy en búsqueda de trabajo. Me gusta mi carrera, me gusta el trabajo territorial, todo lo que tiene que ver con temas medioambientales, de educación, infancia, género. Me gustaría explorar, pero no tengo totalmente resuelto en qué se traduce, en qué trabajo concretamente se traduce. Pero no estoy postulando a ningún cargo de representación. Eso está completamente resuelto.

De esa forma, deja en claro una vez más que no postularía al Senado, primero porque necesita 35 años para realizarlo y segundo, porque no es de su interés. En distintas ocasiones ha calificado al espacio como una “traba para avanzar legislativamente”. “Hay una incapacidad de hacer bien la pega. No tienen la proactividad que tenemos en la Cámara. Dilatan y se demoran años en sacar iniciativas, entonces hay como un letargo aprendido por una dinámica propia que se ha construido durante décadas”, comenta. Dice que para lo único que le interesaría estar en el Senado sería para sacar adelante sus proyectos.

—En redes sociales se especula mucho sobre un futuro gobierno de Camila Vallejo, incluso Abel Zicavo bromeó con ser primer damo. ¿Ha pensado en postular a La Moneda?

—Esa es una talla y hay que entenderla en el sentido del humor profundo que tiene mi pareja aclara entre risas. Él aprovechó el vuelo de redes sociales para tirar la talla, porque es un parrillero. Son parte de las bromas que hace, pero no he pensado en postular a La Moneda. Lo pensaría tanto como si fuera reina del universo. No. Es algo que no está dentro de mis posibilidades o pensamientos.

Actualmente inició un magíster que dura 2 años sobre Gobierno, Política Pública y Territorio. “Necesitaba volver a estudiar. De repente dan ganas de aprender de otros. A veces estás muy dándole y de repente uno quiere también sentarse a estudiar y que un profesor o profesora te transmita su experiencia y contenidos”, explica.
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Aprendizaje y decepción

A siete meses de dejar su cargo en el Congreso, y tras dos periodos parlamentarios, define este recorrido en cinco palabras: Aprendizaje, desarrollo, crecimiento, decepción y frustración. “Fue un espacio de aplicar todo lo que había aprendido en el movimiento estudiantil, pero también es una prueba de fuego. El Congreso pone a prueba tu sistema nervioso, tu capacidad de mantener el equilibro ante la presión y el estrés, tu capacidad de poder convencer a otros que no piensan como tú”, analiza la diputada. Declara, también, que en el Parlamento se ve el oportunismo y el aprovechamiento, “lo peor de la política”, y que la decepción aparece junto a las malas prácticas políticas. A raíz de eso, sintió la necesidad de salir de esos espacios. “Ya es suficiente para uno convivir con prácticas que no comparte”, sostiene. Ahora que su tiempo en el cargo se acaba, la legisladora realiza una mirada retrospectiva y asegura que se hace muchas autocríticas, entre ellas, su forma de comunicar al resto.  “En la política son muy importantes, a veces, las cuñas, como uno expresa las ideas, y he tenido errores comunicacionales que me han costado mucho superar. Por ejemplo, cuando se empujó una reducción de la dieta parlamentaria. Yo he sido siempre promotora de aquello, pero en mi análisis político, creer que eso iba a permitir superar o enfrentar las desigualdades estructurales en Chile era un error y lo dije así y se entendió como que no estaba de acuerdo con eso”, detalla. Tilda como un error dicho episodio y recalca que sus palabras son utilizadas hasta el día de hoy para instalar que no estaba de acuerdo con la reducción de la dieta. 

—¿Alguna otra autocrítica?

—Creo que debí haber denunciado más abiertamente a quiénes dentro de la Nueva Mayoría estaban atornillando para el otro lado. Algunos parlamentarios boicoteaban las reformas y me arrepiento de no haber denunciado públicamente eso.

—¿A quién habría denunciado?

—Habría denunciado a Ignacio Walker (DC). Creo que debimos habernos puesto más duros con el ex ministro Eyzaguirre (PPD), con Valdés (PPD). A Burgos (ex DC) siempre lo denuncié. Creo que Burgos le hizo muy mal al gobierno de la Nueva Mayoría, porque vino a instalar una agenda represiva brutal. Debimos haber golpeado más la mesa para denunciar eso y que se entendiera el boicot interno que había. Hay un sector que en su momento se denominó el partido del orden y creo que aún está vigente en la ex Concertación. Hay un sector dominante en el Senado que todavía no permite que la ex Concertación realmente tome un cambio de dirección estratégica a favor de las transformaciones, porque yo creo que no cree en la necesidad de las transformaciones y todavía está muy acomodado con el poder.

—¿Siente que usted llevó las demandas de las protestas sociales al Parlamento?

—Ese fue nuestro objetivo. El proyecto de las 40 horas, que busca reducir la jornada laboral, surge por una iniciativa popular de ley, de la conversación con personas de La Florida, La Pintana, Puente Alto. Es una demanda social que no estaba tan concientizada, pero que te la pedían a gritos. Las 40 horas fue la batalla más dura. Fue una guerra desatada del ministro Monckeberg contra el proyecto, la cual tuvimos que responder y logramos convencer después de un largo proceso. Era estar permanentemente defendiéndolo. Fue una de las más difíciles y bonitas al mismo tiempo.

—Y aún no termina...

—Aún no termina. Tenemos muchos proyectos parados por decisión política en el Senado, así que Dani, tienes una tarea importante.

Dentro de las iniciativas que impulsó, destaca también la de corresponsabilidad parental, de la que se declara seguidora, al plasmar que tiene una división 50/50 con el papá de su hija.  Por otro lado, recuerda la ley Gabriela como la discusión más emotiva en el Congreso. “No sólo era la emoción del proyecto, sino que es un caso de mucho dolor, porque realmente fue terrible lo que vivió la familia Alcaíno, con la que junto a Karol construimos una relación en la que nos tratan como hijas. Ellos pudieron traducir el dolor en un proyecto de ley que empujaron hasta el final. Nos emocionamos mucho cuando se aprobó”, dice. Por último, resalta la batalla por la educación, esa que fuera del Congreso la llevó a tener grandes reconocimientos, tanto nacional como internacionalmente. Llegó incluso a ser elegida como “Persona del año 2011” por The Guardian. “Los colegios en La Pintana son todos gratis gracias a la reforma educacional y me pillo con madres y padres que me dicen que sus hijos están estudiando gratis en la universidad por la reforma educacional”, relata. “Nosotros entramos con la tarea de irrumpir en esa institucionalidad que estaba estancada, para remecerla un poco y mover las piezas del ajedrez a favor de los peones y creo que hemos avanzado harto y también ha servido para develar los problemas de nuestra institucionalidad. Estar adentro también sirve para denunciar lo que está podrido dentro”, recalca mientras mira a Daniela, quien tiene claro los desafíos a enfrentar para tomar la posta de su compañera. Lee también: Hernán Velásquez, constituyente D3: "Los adolescentes deben votar y no sólo ser criminalizados"

“Busco representar esperanza”

Aunque dice estar muy honrada, señala que también siente mucha responsabilidad sobre sus hombros, pero esta no es la primera vez que Daniela asume nuevos desafíos. La estudiante cursa ramos online de cuarto y quinto año de Administración Pública, trabaja como secretaria, se desempeñó también como vendedora de diarios y garzona, y es desde fines de mayo la nueva presidenta de las Juventudes Comunistas de Chile (JJCC), colectividad en la que milita desde los 14 años.

"El plebiscito no es principalmente responsabilidad de quienes llegaron a ese Acuerdo"

La ex presidenta del Centro de Alumnos del Liceo 1 de niñas dice que de salir electa, marcaría una continuidad con lo que han hecho las diputadas Karol Cariola y Camila Vallejo, ya que lamenta que “hay temas que están en deuda todavía, como el derecho al agua y cómo se abre paso y no dejamos afuera del Parlamento lo que está impulsando la Convención Constitucional”.

“Yo creo que va a ser muy clave. Hoy el Parlamento tiene que ser facilitador de aquello y es parte también de la propuesta tomarnos este espacio de la institucionalidad para reconfigurar todo el escenario institucional, y eso tiene que ver con algunas luchas que podemos representarlas en algunos proyectos de ley, pero también es ponerse a disposición de todo lo que tenga que ser discutido y la alianza entre la CC y parlamentarios que vayamos al servicio de aquello va a ser clave”, añade.

—¿Consideras que fue un error del PC restarse del Acuerdo por la paz social y una nueva Constitución?

—Para nada. Nosotros teníamos diferencias con ese Acuerdo que todavía se mantienen. Yo viví una experiencia muy chocante. Iba saliendo de mi trabajo, vi todo el show que montó la derecha y cuando fui a Plaza de la Dignidad no nos dejan manifestarnos y vi cómo un chico perdió un ojo. Entonces, creo que en ese momento no estaban garantizadas las condiciones para suscribir un acuerdo cuando no hay reparación a las graves violaciones a los derechos humanos, sobre todo cuando pudimos haber conseguido justicia y reparación para todas las víctimas, los presos y presas políticas y las víctimas de trauma ocular, que hasta el día de hoy no tienen reparación.

En esa línea, la dirigenta estudiantil sentencia que las movilizaciones han seguido su curso y “el plebiscito no es principalmente responsabilidad de quienes llegaron a ese Acuerdo, sino de todos quienes hemos impulsado las transformaciones sociales, que no parten sólo desde el 18 de octubre, sino que vienen de un proceso de acumulación de años”.

De eso bien conoce, porque desde pequeña decidió tomar el protagonismo y ser parte de la primera línea que está impulsando las transformaciones sociales. “Mi dirigencia en las JJCC tiene que ver con que estudié en un liceo público, que era la única oportunidad que tenía para romper un círculo de mucha vulnerabilidad familiar”.

Nacida y criada en Maipú, cuenta que proviene de una familia de militantes de “la Jota”. De hecho, sus padres ahí se conocieron, y aunque ya no militan, no lo hacen por falta de convicción, sino porque se dedican al cuidado de sus hermanos gemelos, quienes tienen 20 años. Uno de ellos tiene problemas de consumo de drogas y el otro está tras las rejas. ¿Posibilidades de rehabilitación? Impensadas para una familia de clase trabajadora como la suya, dice.

Su padre es obrero de la construcción y su madre fue vendedora de retail en un momento en que tuvo que mantener a cuatro hijos. “Ellos están muy orgullosos de mí y también tienen mucha esperanza de que yo sea la portavoz de quienes no tienen esperanza”, afirma.

—¿Te preocupa recibir críticas por la historia de tu familia?

No. Me tiene sin cuidado. Es parte de la historia de muchas de las familias populares de este país y por eso tengo la convicción de representar a quienes han estado excluidos y excluidas. Estoy realmente convencida con esto, porque también soy de los sectores más vulnerables de la juventud. La política ha sido para la élite y eso es lo que nosotros y nosotras queremos romper.

Daniela es la primera de la generación de su familia en entrar a la educación superior. "Por eso me vinculo muy fuerte al movimiento estudiantil. A los 14 años, cuando decido tomarme el colegio, era la única oportunidad que yo veía para entrar a una universidad que fuera mucho más pluralista. Entrar a la Universidad de Chile para mí fue un gran logro, entendiendo que pude entrar justamente donde se educaba la élite política y económica”, explica.

En ese contexto, sostiene que lo que comparte con el distrito 12 es que las comunas que lo componen representan su historia de vida. “Cuando hablo de representar los sentires y dolores de este pueblo, lo que busco representar es esperanza. Acá vamos a transformar el curso de la historia”, enfatiza.

Vallejo y Serrano abandonan la sede distrital en la que albergan comida no perecible para donaciones y un sin fin de pancartas sobre el Festival por las 40 Horas que nunca fue realizado.

Aunque se retiran del lugar de forma separada, insisten en que los habitantes del distrito no quedarán viudos de Camila, ya que trabajarán en conjunto para llevar al Congreso las demandas de La Florida, Puente Alto, Pirque, San José de Maipo y La Pintana.

La postulación de Daniela es “un nuevo florecer”, dice la diputada, quien deja en manos de una joven revolucionaria las mismas batallas que dio ella en el Parlamento. “Todo el trabajo que se ha hecho en el territorio queda en buenas manos”, cierra.