La periodista y ex esposa de Mauricio Pinilla abordó los cambios que hizo en su vida tras la pérdida de su padre, y aseguró que el ejercicio le ha ayudado para "desconectarse". "Yo no quiero tener abdominales de acero por pretensión", dijo.
Gissella Gallardo decidió comenzar mayo con un ambiente nuevo y así lo hizo: R
ecientemente se mudó y ahora comenzó a asistir
tres veces por semana al gimnasio para tonificar su cuerpo.
Y es que, tras un
episodio tan duro como la muerte de su padre, la periodista reflexionó que
"la pena podría también ser un movilizador", por lo que adoptó una serie de cambios para enfrentar el momento que atraviesa.
Así lo reveló en
Las Últimas Noticias, donde contó que
empezó con el cambio de casa porque, aseguró,
quedaba muy lejos y porque quería pasar más tiempo con su madre en el marco del duelo.
Según relató Gisella,
dejó la casa que tenía en Chicureo y en la que vivió 2 años años para arrendar una en Lo Barnechea.
"Mi hermana, Fabiola, se cambió antes de casa cerca de mi mamá. Yo
estaba viviendo muy lejos, quería estar más próxima a ella y que viviéramos juntas para poder acompañarla", expresó.
"Sirve para desconectarse"
En ese sentido, agregó que
se acostumbró a "ser trotamundos" y que
necesita estar cambiando con regularidad. "En la casa de ahora estoy feliz:
tiene calor de hogar y una energía increíble. Es cómoda para los cuatro (ella y sus tres hijos), los niños están felices porque ahora están más cerca de sus compañeros", añadió.
Sobre el segundo cambio, en tanto,
Gallardo retomó el ejercicio a modo de cuidado personal. "No iba desde que mi papá se enfermó porque me dediqué a preocuparme de él. Así que ahora
me costó retomar, pese a que desde chica era deportista", señaló.
Va
lunes, miércoles y viernes por una hora, y confiesa que le sirve para distraerse de la realidad. "Me encantó ir porque hacen los ejercicios dependiendo de mi necesidad.
Yo no quiero tener abdominales de acero por pretensión, quiero tener un cuerpo fuerte", dijo.
"
Sirve mucho para desconectarse y, más que nada, es porque yo ya tengo 41 años y vas perdiendo musculatura.
Y claro, sirve para el alma y la cabeza", concluyó en la conversación.