La inflación impactó fuertemente en los hogares y sobre todo en la mesa, lo que hizo que muchas personas comenzaran a optar por menos calidad. Sin embargo, mantener una alimentación saludable en tiempos en tiempos difíciles es algo que se puede y, según expertos, la clave está en la planificación y en reemplazar algunos productos. Por ejemplo, consumir menos carnes, más legumbres, bajar el consumo de bebidas y congelar alimentos.