La caza furtiva y la pérdida de sus hábitat hicieron que las poblaciones africanas de rinocerontes blancos decreciesen un 12% entre 2012 y 2017.
El acusado, Admiro Chaúque, ha sido condenado por delitos de caza furtiva, tenencia ilegal de armas y crear un grupo con el objetivo de delinquir, destaca la Fiscalía General mozambiqueña en un comunicado.
"(Chaúque) dirigía una banda de cazadores furtivos que operaba en los distritos de Magude y Maddingir y en el Parque Nacional de Kruger en Sudáfrica (espacio natural que comparte una frontera porosa con Mozambique)", explica el documento.
Lee también: Muere una cría de elefante en Indonesia tras perder la trompa: Cayó en una trampa de cazadoresSegún las autoridades de Mozambique -que arrestaron a Chaúque en mayo de 2021-, la banda del acusado también se dedicaba a enviar cuernos de rinocerontes a países como China y Vietnam.
Desde 2007, la caza furtiva -impulsada por la alta demanda de los cuernos de rinocerontes, sobre todo, en China y algunos países del sudeste asiático- está llevando al borde de extinción a los rinocerontes negros, advirtieron organizaciones como la internacional Save The Rhino.
El número de rinocerontes negros se redujo un 85 % entre 1973 y 2017, un hecho que empujó a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a clasificar a estos mamíferos como una especie "en peligro crítico de extinción".
En la actualidad, sólo existen alrededor de 5.000 rinocerontes negros en varios países del sur y el este de África. Por otra parte, la caza furtiva y la pérdida de sus hábitat hicieron que las poblaciones africanas de rinocerontes blancos decreciesen un 12 % entre 2012 y 2017, según la UICN.
Lee también: Ciclista fue herido con 100 perdigones: Cazador lo confundió con un conejoLa caza furtiva continúa siendo una de las principales amenazas para los animales salvajes de Mozambique, a pesar de que los esfuerzos del Gobierno y las ONG conservacionistas redujeron significativamente este problema durante los últimos años.
Entre 2009 y 2014, los cazadores furtivos mataron a unos 10.000 elefantes en Mozambique -cerca de la mitad de la población total mozambiqueña-, según datos de la Administración Nacional de las Áreas de Conservación (ANAC), el organismo encargado de la gestión de los espacios naturales de este país.