Un estudio realizado por la Fenpruss en la Región de Valparaíso detectó un escandaloso aumento en cinco insumos básicos necesarios para prevenir el contagio de trabajadores de la salud en hospitales. Piden con urgencia a las autoridades sanitarias fijar precios de estos elementos de protección personal.
Cinco elementos de protección personal, quizás, los más utilizados en la actualidad en los hospitales y centros de salud a lo largo de nuestro país. Cinco insumos básicos para prevenir el contagio de quienes laboran en los hospitales.
Por eso, fueron esos productos y no otros, los seleccionados por la Confederación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss) para hacer un estudio de los costos que implica hoy su adquisición para las arcas del sistema público.
Lee también: Resolución judicial permite el teletrabajo para personal con patologías de base en la ex Posta CentralEl estudio, que se centró en la Región de Valparaíso, específicamente en el Servicio de Salud de Viña del Mar Quillota, reveló el pago en exceso, según sus investigadores, que están realizando los hospitales al momento de adquirir equipos básicos de protección personal, hoy esenciales, para el trabajo que realizan los profesionales de la salud en la primera línea del combate contra el COVID-19.
Tres fueron los hospitales de alta complejidad analizados: Gustavo Fricke, Quilpué y Quillota. Los productos cuyos precios se compararon fueron:
Según los datos entregados por Fenpruss, el estudio se realizó en base a las órdenes de compra, y en el Hospital Gustavo Fricke se detectó un sobreprecio de hasta 5.300% en comparación a los valores que existían en el mercado antes de la pandemia de COVID-19.
“Una de las herramientas que debió haber ocupado el Estado, en este caso el gobierno, es tomar una decisión política, era la de congelar los precios. Toda vez que el estado de excepción le otorgaba amplias facultades al presidente de la República para ejercer este tipo de acciones”, asegura Aldo Santibáñez, presidente de Fenpruss.
Además, se puntualiza que en el caso del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, el perjuicio económico por este sobreprecio es de más de $677 millones. El alza en el gasto en el Hospital de Quilpué fue de $148 millones y en el Hospital de Quillota de $177 millones.
“Hemos visto un aumento aberrante en relación con los valores que existían antes del inicio de la pandemia, con los últimos precios que se están pagando en mayo, abril, inclusive hasta algún periodo de marzo”, afirma Guillermo Henríquez, dirigente de Fenpruss en la Región de Valparaíso.
Y agrega Henríquez, quien se desempeña como enfermero en la unidad de emergencia de Peñablanca, que “nos dimos cuenta que en realidad hay este 500% de más que se paga en el caso de las mascarillas quirúrgicas, lo cual va en desmedro de la salud pública y genera un perjuicio económico para el país”.
Si nos vamos al detalle del estudio, se señala el costo de cada implemento antes de la pandemia y el que tiene hoy:
Lo único que no varió, según el informe de la Fenpruss, fue el valor de los guantes, que tienen una diferencia de costo marginal.
Según los cálculos del organismo, el perjuicio económico equivale a unos $1.200 millones que, para el presidente de la organización, Aldo Santibáñez, significa que “si todos los servicios de salud, que son 29, tuvieran un gasto extra de mil millones de pesos, más o menos el rango que tiene el Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, estamos hablando de la posibilidad de construir casi dos Cesfam hoy día. Los $1.200 millones alcanzan tranquilamente para dos scanner, por ejemplo, tan necesarios en los hospitales”.
En tanto, para Henríquez, ese dinero “podría asegurar más elementos de protección personal, se podría asegurar más recurso humano de refuerzo y en el fondo lo que más nos preocupa es el perjuicio económico y la negativa del gobierno a congelar los precios”.
Y, ¿qué pasa en las otras regiones? La Fenpruss espera replicar este estudio en los otros 28 servicios de salud del país, pero ponen el énfasis en la necesidad urgente de congelar los precios de los elementos de protección personal.
Lee también: “Es un chantaje”: Asociaciones migrantes denuncian que plan humanitario del gobierno “es una deportación”“La razón que entregan, que no la compartimos, es que muchos de estos elementos venían desde el extranjero, pero también hay capacidad instalada en el país. Nosotros dijimos, a propósito de eso, ocupar las instalaciones de Fuerzas Armadas y el recurso humano que hay de las Fuerzas Armadas para haber hecho las toneladas de mascarillas, de pecheras, porque hay personal que estaba – y que hoy todavía está – pudiendo generar este tipo de apoyo logístico a los servicios de salud”, puntualiza Santibáñez.
Eso sí, para la organización, congelar los precios debió haberse realizado al comienzo de la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Al respecto, indica Santibáñez, “hoy día ya no hay mucho que hacer, los sobreprecios ya se pagaron. Los elementos de protección personal entiendo que ya se solicitaron y, por lo tanto, los precios que están allí moviéndose en el mercado son los que hay y lo que no se hizo antes, ya a esta altura no se va a poder hacer”.
La discusión por la fijación de precios en los elementos de protección personal no es nueva. Ya a mediados de abril, a través de su cuenta de Twitter, el Colegio Médico (Colmed) señalaba que su presidenta, la doctora Izkia Siches, había pedido esto y “así evitamos el aumento de ellos y la especulación, es una de las propuestas por parte del Colmed en la Mesa Social”.
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También el Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile, a través de una declaración pública hace ya un mes y medio, pidió que se fijaran precios en este ítem.
“Instamos al Gobierno a disponer conforme al DS N°10, fijación de precios a elementos de protección personal respecto de los cuales existe especulación abusiva”, indica el documento.
Para Ana Victoria Nieto, presidenta del gremio, esto era algo que se veía venir: “estamos enfrentando una pandemia. Los elementos de protección personal son el primer dispositivo que vamos a necesitar los trabajadores de salud para poder enfrentar una contingencia sanitaria de ese tipo y, al ser mundial, es lógico que iba a ser uno de los primeros artículos que iban a tener quiebres de stock”.
Y después del quiebre de stock viene el alza en los precios. “Nosotros que trabajamos sobre todo en el ámbito farmacéutico, una de nuestras líneas es el poder abastecer a los establecimientos, tenemos súper claro el precio de las mascarillas que teníamos antes de la pandemia y el precio que tuvimos después de la pandemia”, afirma Nieto.
Para la presidenta del Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos, la fijación de precios se trata de un problema de voluntad política y asume que aún no es tarde para implementarla.
“Sin duda, la pandemia llegó para quedarse con nosotros y por varios años. Para poder lograr una vacuna se requiere bastante tiempo hasta poder disponer ya de esa herramienta terapéutica que nos permita generar la inmunización en la población. Cuanto antes sea mejor”, afirma Nieto.
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Pese a consultar reiteradamente, no obtuvimos respuestas ni en el Ministerio de Salud ni en el Servicio de Salud Viña del Mar Quillota sobre la inquietud expresada por los trabajadores en base al estudio realizado por la Fenpruss que evidencia un grave daño al presupuesto fiscal del país.